El acordeón perdió a un hijo
Carlos Alfonso Regalado (1941-2017) fue acordeonista y organista desde los 15 años. Su dedicación a las teclas hizo que fuera maestro de capilla, en Ambato, donde nació.
En esa ciudad tenía acondicionado un estudio profesional para grabar cuando no se ocupaba de sus 4 hijos y 9 nietos.
Se consideraba autodidacta, según el etnomusicólogo Juan Mullo, pero estudió en el conservatorio Antonio Neumane, de Guayaquil.
Los locos del ritmo fue uno de los grupos que integró y, en Quito, hay grabaciones de lo que interpretaba. “Fue uno de los acordeonistas que más ha grabado en Ecuador”, dijo Mullo.
El Puerto Principal fue escenario de sus presentaciones entre las décadas de 1970 y 1990, cuando integró el Conjunto de Disco Ónix, que dirigía el requintista guayaquileño Naldo Campos, con quien grabó algunos vinilos, al igual que con otros artistas nacionales.
El compositor e investigador musical Mario Godoy Aguirre ha caracterizado su estilo como “muy personal y singular” a la hora de subirse a un escenario como solista.
Sus melodías se pueden escuchar junto a los músicos Julio Jaramillo, Olimpo Cárdenas, los hermanos Miño Naranjo, o las Mendoza Suasti. (I)