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La adopción, otro camino para ser papás

La adopción, otro camino para ser papás
13 de julio de 2014 - 00:00 - Verónica Endara

El Sol de la mañana ilumina el patio de juegos, se filtra por las ventanas y calienta las camas recién tendidas. Dulce, de 5 años, y Thalía, de 6, se entretienen en un salón atiborrado de muñecas, peluches, carros y carteras. Mientras recrean historias fantásticas con los juguetes que tienen a la mano, otros niños salen a correr al patio.

Así transcurre la vida de los menores que viven en el Hogar del Niño San Vicente de Paúl, una casa que acoge a niños, niñas y adolescentes...

El establecimiento está conformado por 6 casas de 3 pisos. Cada una acoge a 12 niños. Cuentan con todos los servicios: comedor, cocina, dormitorios, baños, salas de juegos, habitaciones de estudio y terraza. Es el hogar de niños de 0 a 16 años de edad. La semana pasada, algunos de ellos regresaron con sus familias y otros fueron adoptados. Cada uno llegó por diferentes motivos.

Por ejemplo, Luis, de 4 años, no podrá regresar a su hogar mientras sus padres no decidan someterse a un tratamiento para dejar el alcohol. Una de las religiosas que cuida a los niños, asegura que no fue fácil atenderlo: “Era un niño agresivo, gritaba malas palabras, y pegaba a los otros niños. Hoy está más tranquilo”.

A diferencia de Luis, María José, de 12 años, no sabe nada de sus padres. Llegó a este hogar hace 2 años y sueña con convertirse en doctora.

Nathaly, de 7 años, fue adoptada en una ocasión, pero la pareja decidió regresarla a la casa hogar, porque no podían atenderla debido a su discapacidad visual. “Dijeron que no podían ocuparse de ella, porque el problema de su ojo cada vez empeoraba. Pienso que si le hubieran dado más cariño hubiese podido adaptarse mejor”, comenta otra religiosa.

La familia primero conoce al niño o niña por el expediente, un documento que le permite analizar su condición física, social, psicológica y médica.En Ecuador 2.600 niños, niñas y adolescentes permanecen en estos centros. Según María Fernanda Moreno, directora Nacional de Protección Especial del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), las casas de acogimiento fueron creadas para brindar protección a niños cuyos derechos fueron vulnerados. Acuden niños, niñas y adolescentes víctimas de abuso sexual, negligencia, maltrato y trata, pero también menores abandonados. “Estas casas buscan cubrir sus necesidades básicas como alimentación, aseo personal, educación. El objetivo es que la vida del pequeño se desarrolle con normalidad”, explica.

Según la funcionaria, el MIES ofrece atención directa a 9 casas de acogida a escala nacional, pero mantiene convenios con 70. Además, tiene acuerdos con 20 instituciones que se autofinancian o que reciben recursos provenientes del exterior. Antes el proceso de adopción duraba entre 2 y 4 años; hoy es más ágil, tarda apenas un año.

Según Guido Quezada, director de Adopción del MIES, hay 2 actores principales que intervienen en el proceso de adopción: los menores y los adultos solicitantes. El funcionario explica que no todo niño puede ser entregado en adopción. En algunos casos, es recomendable que un pariente asuma el cuidado y protección de los menores. Si el juez decide que no es posible dictaminar una medida de reinserción familiar, entonces se da paso a la declaratoria de adoptabilidad.

Todo niño necesita esta declaratoria para ser adoptado. Hay algunos menores que nunca fueron inscritos en el Registro Civil. En ese caso, reciben este documento en un plazo de 5 meses. Cuando los menores son separados de sus familias, es decir tienen un apellido, el juez debe prohibir la patria potestad a sus padres y declararlos en adoptabilidad. Este proceso dura alrededor de 6 a 7 meses.

Con esta resolución, el pequeño ingresa al Comité de Asignación Familiar, un organismo autónomo encargado de asignar un niño, niña o adolescente a una familia de acuerdo con las condiciones, necesidades y características específicas del menor.

Cuando se esclarece la situación del menor es posible iniciar el proceso de adopción que empieza en la Unidad Técnica de Adopción, responsable de verificar si el solicitante cumple con el perfil para recibir a un niño. Es necesaria una entrevista preliminar para conocer cuál es la motivación de la familia para adoptar. Si las razones son consideradas válidas, el siguiente paso es inscribirlos en los Círculos de Formación, talleres de capacitación, conformados por 5 módulos y que se desarrollan en 2 días. En ellos, los postulantes se informan sobre el proceso legal de la adopción, las fases administrativas y judiciales, el proceso de vinculación del padre e hijo y sobre el momento de la revelación, en el cual se comunica al pequeño sobre su adopción.

La Unidad Técnica realiza un estudio del hogar durante una semana para establecer las aptitudes, cualidades y capacidades de la familia. Si no son aptos, se los envía a un proceso de terapia psicológica. Según esta entidad, en Quito hay alrededor de 18 familias pendientes para este estudio.

Si son declarados idóneos, el Comité de Asignación Familiar les comunica quién será su hijo. La familia primero conoce al niño por su expediente, así puede analizar su condición física, social, psicológica y médica. Si la familia acepta la asignación, se inicia el proceso de emparentamiento, es decir, la preparación que recibe la familia y el niño para enfrentar su primer encuentro físico; es un proceso que dura de 3 a 10 días.

De esta manera, los nuevos padres empiezan a interactuar con su hijo. En esta etapa, el niño los conoce primero por fotografías, puede recibir un juguete, una colcha, una almohada con un aroma característico de papá o mamá. El propósito es que el pequeño se familiarice con la fragancia de sus padres.

En algunas ocasiones los futuros padres no aceptan la asignación porque el niño no se parece a ellos o porque no les gusta su color de piel. Estas razones no son, en ningún caso, valederas para rechazarlo. Cuando esto sucede, son excluidos del proceso de adopción en Ecuador.  

Según Guido Quezada, después del emparentamineto se inicia la fase judicial de la adopción. La familia presenta una demanda al juez indicando que fueron declarados idóneos para adoptar. En esta etapa, deben aguardar una resolución judicial que declare la adopción.

En el transcurso de este año, se han registrado 240 postulaciones para la declaratoria de adoptabilidad. Hasta junio 75 niños y niñas fueron adoptados. En el proceso de emparentamiento hay aproximadamente 15 niños entre adopción nacional e internacional. Guido Quezada asegura que el Ministerio de Inclusión Económica y Social se ha planteado como meta, durante este año, la adopción de 220 niños.    

La adopción internacional solo es permitida para aquellos niños, niñas y adolescentes del Programa de Difícil Adopción integrado por chicos mayores de 4 años, menores con discapacidades leves o severas, grupos de hermanos o niños que tienen una condición de salud específica. Su adopción es un proceso más largo porque la familia debe venir a Ecuador a seguir el trámite.

El Ministerio de Inclusión Económica y Social es el rector de la política pública
de adopción especial.
La adopción no es un tema que se aborda solo desde el terreno legal. Según Andrea Luna, psicóloga de la Fundación Hogar Para Sus Niños, es imprescindible preparar a los pequeños que dejan la institución para formar parte de una nueva familia. Esta preparación también está dirigida a los niños que se quedan y a quienes son responsables de su cuidado. A estas últimas, los menores las llaman ‘tías’. Luna asegura que mientras permanecen en la fundación, los especialistas conversan con ellos sobre los padres biológicos y los del corazón, como un modo de prepararlos: “Hay niños más abiertos, otros más retraídos. También hay muchos con problemas de lenguaje y con dificultades en su motricidad fina y gruesa. Todo esto surge de los conflictos en la parte emocional, por la carencia de afectividad”. Por ello, la atención es integral.

Cuando un niño es idóneo para la adopción, explica la especialista, inicia la etapa de familiarización con los padres. En este proceso se procura reunir objetos que aproximan al menor con sus futuros padres: un álbum de fotos que incluya a los tíos, primos, abuelos, las habitaciones, el barrio; 2 prendas de los papás con su perfume y un obsequio. Algunos padres, los más creativos, envían videos caseros para dar una bienvenida a su hijo.

“Cuando un niño deja el lugar de acogida también hay repercusiones en los que se quedan. Se vuelven agresivos, callados, son más sensibles, se entristecen. Todos se preguntan que por qué ellos siguen allí. El trabajo es muy fuerte con los demás niños”, comenta la psicóloga.

Para aliviar estos sentimientos, hablan con ellos y organizan una despedida. Las cuidadoras también sufren cuando los niños se van, porque han creado vínculos con ellos. Con ellas se realiza un trabajo de desapego. Es fundamental que mantengan un equilibrio emocional para continuar con su labor en las casas de acogimiento.

Finalmente llega el día en que las parejas o las personas solteras, se conocen con sus vástagos. En el caso de la Fundación Hogar Para Sus Niños, el pequeño recibe a sus padres con un cartel de bienvenida, una tarjeta y un ramo de flores.

“La adopción debe dejar de ser un mito, es una realidad en la que la familia y el niño ganan”, dice Andrea Luna.

Sin duda, la adopción es una oportunidad para vivir la experiencia de tener un hijo. Es una opción —entre tantas— de convivir con un niño, no importa su edad o etnia. Es un acto de dar y recibir amor.

TESTIMONIO

“Mi esposo y yo somos felices y completos gracias a nuestra hija. Es el regalo más maravilloso de Dios”

Con mi esposo decidimos recurrir a la adopción, porque tuve una enfermedad que me impidió embarazarme. Solicitar a mi hija fue una experiencia maravillosa. Me sentía muy ansiosa. El proceso duró 10 meses. Durante ese lapso, siempre estuvimos pendientes: llamábamos al Ministerio de Bienestar Social para obtener más información y conocer cuándo nos darían a nuestra hijita. El día que la conocimos por fotografía no paramos de llorar, fue muy emocionante. Nuestra hija es el regalo más valioso que Dios nos ha dado a mi esposo y a mí. Ella es cariñosa, amorosa, sensible, alegre, me faltaría papel para describir todo lo que ella es. Dios fue muy generoso al haber puesto en nuestra vida a nuestra pequeñita. Considero que la adopción es un regalo, una misión y una bendición.

Además, pienso que el niño es el que te escoge y tú lo aceptas y lo amas. Es ante todo un acto de amor. Tal como ocurre en los embarazos biológicos, no sabes cómo viene tu hijo ni cómo será. Pues bien, yo creo que es exactamente igual en la adopción, tú no sabes nada, simplemente lo amas. Con nuestra hija aprendimos la belleza del significado de ser padres, de pasar de ser una pareja a ser una familia. La adopción te cambia la vida porque la ves desde otra óptica. Te abres al amor, decides formar parte de la vida y de la historia de alguien que no conocías y que si no tomabas la decisión de adoptar, nunca lo hubieras hecho, y te hubieras perdido la oportunidad de vivir una aventura hermosa de amor. La vida de toda la familia, incluidos abuelos y primos, cambio para bien.Mi esposo y yo somos felices y completos gracias a nuestra hija, es nuestro más privilegiado y maravilloso regalo de Dios. Nuestros caminos se entrelazaron y nunca se van a separar.

Testimonio Anónimo

 

LEGISLACIÓN

Requisitos para realizar una adopción en el país                      

1) Ser ecuatoriano/a y tener más de 25 años de edad.

2) Tener una diferencia de edad no menor de 14 años ni mayor de 45 años con la adoptada/o.

3) En los casos de parejas de adoptantes, esta debe ser heterosexual y estar unida por más de 3 años en matrimonio o por unión de hecho mientras cumpla con los requisitos legales.

4) Gozar de buena salud física y mental para cumplir con las responsabilidades parentales.

5) Las personas solteras también pueden optar por la adopción.

6) Demostrar condiciones estables para satisfacer las necesidades básicas del niño, niña o adolescente adoptado/a.

7) No registrar antecedentes penales por delitos sancionados con penas de reclusión.

8) Ser legalmente capaz y estar en pleno ejercicio de derechos políticos.

9) Aprobar los círculos de formación para padres y madres dictados por el MIES.

10) Estar domiciliados en Ecuador por más de 3 años o en uno de los 5 países con los cuales Ecuador tiene convenios de adopción: Suecia, Estados Unidos, España, Italia y Bélgica.

Confidencialidad

La información sobre la familia, el niño, niña y/o adolescente adoptados es reservada.

REQUISITOS PARA UNA ADOPCIÓN INTERNACIONAL

Esta adopción se realizará únicamente a través de las agencias intermediarias para la adopción internacional, autorizadas expresa y exclusivamente para esta actividad por la autoridad competente. (Autoridad Central – Consejo Nacional de la Niñez y Adolescencia).

1. Existencia de un tratado o convenio internacional sobre adopción entre Ecuador y el país de origen.

2. La autoridad central del país de domicilio de los solicitantes o autoridad competente de protección de derechos de la niñez y adolescencia, deberán garantizar la idoneidad de los procedimientos y que los niños, niñas y adolescentes adoptados gozarán de todas las garantías, y derechos que el país de adopción reconoce a sus nacionales.

3. Que en el país de residencia u origen del o los solicitantes, se contemple a favor de los adoptados derechos, garantías y condiciones, por lo menos iguales a los consagrados por la legislación ecuatoriana.

4. Que él o los candidatos a adoptantes sean extranjeros domiciliados fuera del territorio nacional, domiciliados en el país por un tiempo inferior a tres años o residentes en otro país diferente al de origen por igual período.

5. Que los candidatos a adoptantes cumplan con los requisitos establecidos en el Art. 159 de Código de la Niñez y Adolescencia, y los del país del domicilio según el caso; y

6. Cumplir con los demás requisitos que exige el Código para la adopción en general.

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