El Municipio de Quito vive su peor momento pues el Alcalde Metropolitano afronta un proceso penal que podría ponerlo tras las rejas; pero no es el único, los chats de su hijo serán motivo de otros procesos judiciales que involucran a más miembros de su familia, investigaciones que lo mantendrán ocupado en los años venideros.
Dice la sabiduría popular que “toda escoba nueva barre bien” y al asumir el cargo Jorge Yunda parecía tener buenas intenciones, parecía rodearse de gente competente pero esa fachada se fue desmoronando pues los hilos del poder los movieron sus familiares y según develan las investigaciones imponían nombres en Secretarías, Coordinaciones, Agencias y Empresas Metropolitanas.
Su forma de operar la política es muy común, Yunda usa nombres y perfiles de gente conocida para escudarse en ellos, tal cual hace hoy con funcionarias y abogados a quienes a cualquier costo los pone a frentear sus batallas, los hace parte de su equipo, los cobija y seguramente los desechará cuando no le sean útiles. De ahí que, quien se precie de honesto difícilmente debe seguir en dicha administración municipal, peor aún los libertarios – ultraconservadores que fungen de asesores.
Lo cierto es que Yunda es un peso muerto para el Concejo Metropolitano. El bloque de la Revolución Ciudadana sabe que deben desprenderse de su imagen pues el costo político es muy alto. Pero no son los únicos, también están concejales de la ID, VIVE, CREO, CONCERTACIÓN e INDEPENDIENTES que deben entender que sus votos traerán consecuencias para sus partidos políticos.
Por lo que, desde esta tribuna me permito exhortar a los ediles que escuchen el clamor ciudadano, evalúen los argumentos para la remoción y se permitan actuar pensando en Quito, rescatar su institucionalidad y provocar una Alcaldía de transición capaz de reorganizar la estructura municipal, transparentar las finanzas públicas, poner en orden la casa y atender lo urgente.