Durante su primer año de gestión, Guillermo Lasso ha enfrentado varios desafíos entre los que destacan la crisis sanitaria, el desempleo, la inseguridad, las masacres carcelarias, el narcotráfico. En lo político, ha tenido que enfrentarse a una Asamblea fragmentada que ha bloqueado varias propuestas de su gobierno.
El país no ha podido superar la difícil situación económica que Guillermo Lasso recibió el 24 de mayo de 2021, generada en muchos ámbitos por los desatinos de las administraciones anteriores y que sumados a los efectos de la pandemia y a la crisis de seguridad internacional, han configurado un panorama sombrío, a pesar del incremento de los precios del petróleo.
Si bien el Gobierno inició con pie derecho su gestión al lograr vacunar a nueve millones de personas, varios factores han ido minando su gestión: El régimen actual no ha logrado conformar una mayoría en la Asamblea, dedicándose a atacar a todos sus opositores. Su equipo de asesores ha demostrado desconocimiento e improvisación que se han hecho que el Gobierno se vea desbordado por temas de coyuntura como el desempleo, la inseguridad, la narco delincuencia y los motines carcelarios.
El Legislativo por su parte, se ha mantenido en su inmovilismo sin dar trámite a ninguna de las propuestas enviadas desde el Ejecutivo. Excepto la reforma tributaria, el resto de han sido desechadas por parte de una Asamblea marcada por numerosos escándalos.
A estas dificultades se suma la inseguridad, que recrudeció con las masacres carcelarias, producto de una guerra entre las bandas criminales que de a poco se han ido tomado las calles de varias ciudades. El gobierno no ha podido mantener el control al interior de las cárceles.
La campaña electoral de segunda vuelta mostró a un Lasso moderno y abierto a la diversidad étnica o incluso ideológica, pero en la administración del país parece prevalecer la visión de un ex banquero identificado con sector privado y al que no se le pueden cuestionar sus decisiones.
En varias ocasiones se ha podido ver a un gobierno marcado por la improvisación, con una gestión débil y sin olfato político. Ello sin duda, no permite vislumbrar días alentadores para un régimen que, lejos de cumplir sus promesas de ser un “gobierno del encuentro” parece estar viviendo en una sociedad paralela, que le describen sus colaboradores más cercanos y le impiden ver a un país azotado por la violencia carcelaria, la delincuencia, el microtráfico, las pugnas políticas, conspiraciones y algunos sectores sociales que insisten en echar la culpa de todo al neoliberalismo, que Lasso difícilmente podrá aplicar en el país.
Si hablamos de madurez y de darle vuelta al escenario actual, no solamente el Gobierno debe dar un giro de timón. La Asamblea debe poner en marcha varios proyectos de Ley que se encuentran estancados y que son de vital importancia para el país.
Adicional a ello está el papel que cumplen las organizaciones políticas, las cuales están llamadas a fortalecerse. Sin duda ese será un reto fundamental, que permita lograr a futuro el fortaleciemitno de nuestra maltratada democracia
Iinsistir en una políticica de diálogo en torno a varios temas, es una tarea pendiente que debe ser realizada por el actual régimen. El programa de vacunación implementado por el régimen fue exitoso no solamente por una adecuada gestión impulsada por el Gobierno, sino por que fue un proceso en el que muchos sectores del país actuaron de manera conjunta.
El cambio social y una democracia más participativa es un ejercicio de todos. Ello será posible en la medida en que como ciudadanos tengamos la capacidad de sacar adelante causas comunes y que en ocasiones las administraciones son incapaces de resolver.edito
