Cuánta falta hacen los informes presidenciales de los sábados, no solo por la alegría que vivía el pueblo que lo seguía, dentro y fuera del país, sino por toda la información y conocimiento que recibíamos. Las aclaraciones a las falacias de las empresas políticas de desinformación hoy no tienen respuestas y siento que las agendas de la oposición son ahora las que rigen.
Ya es hora de que el presidente Moreno nos dé señales claras a quienes lo elegimos de la continuidad del proyecto político de la Revolución Ciudadana, lo que significa que no se está inventando nada nuevo en la lucha contra la corrupción y las agendas que no deben ponerlas los opositores. Una cosa es un gobierno para todos y todas y otra ceder en los puntos que fueron proyecto de gobierno de la derecha y sus aliados.
Hasta ahora, quienes han puesto la agenda hablando de la Ley de Comunicación; sobre la corrupción de Odebrecht -con el hambre caníbal de involucrar al vicepresidente Glas- y sobre la eliminación del Consejo de Participación Ciudadana -sin contar que ya los bancos privados quieren manejar el sistema electrónico de pago, mal llamado dinero electrónico- son los medios opositores y quienes calificaron de fraude la elección presidencial en la que AP ganó.
Alguien está creando la sensación de que recién hemos empezado a tener un gobierno honesto, con ideas y socialmente responsable, y alguien no aclara que hace diez años comenzó esto. Una cosa es cambio de forma y otra deformar. (O)
Analucía Sosa