El artículo titulado ‘Camisas rojas’, escrito por el obispo español Parrilla y publicado en ciertos medios de comunicación (El Comercio, de Quito; y La Prensa, de Riobamba), ha preocupado a muchos cristianos de la Iglesia de Riobamba.

La comparación que hace el obispo de las camisas negras de Mussolini, las camisas pardas del Tercer Reich y las camisas azules de los falangistas de Franco con las camisas rojas de venezolanos de dentera, no solo es un despropósito histórico; demuestra, además, un desconocimiento o ignorancia de lo que realmente sucede en Venezuela y todo lo que el imperio -a través de la CIA, la derecha oligárquica, los miembros de la Iglesia católica tradicional- realiza para acabar con la Patria Grande de Bolívar, de Chávez y de todos los gobiernos progresistas  de América Latina.

Burlarse de los cancilleres de Unasur, que junto con delegados del papa Francisco buscan la paz y la armonía, es burlarse de las exhortaciones que hace el Sumo Pontífice a las partes contendientes que se reúnen para buscar las mejores soluciones al problema de los venezolanos.

No se trata de, en nombre de los pobres, acudir a la palabra ‘democracia’ para defender los intereses de la derecha venezolana y los intereses del imperio.

¿Acaso esta actitud del obispo Parrilla nos está diciendo claramente lo que lleva en su corazón el sentir colonizador de un español? ¿Unirse al pronunciamiento de una ONG extranjera -Amnistía Internacional- acaso no es posponer al Jesús del Evangelio?  

Nosotros, los cristianos de la Iglesia de Riobamba, estamos con el Jesús Liberador, con la Patria Grande de Bolívar y de Chávez y de todos los gobiernos progresistas de Latinoamérica.

Dr. Ruperto García S.