Profundamente consternada por la tragedia que viven nuestros hermanos del litoral ecuatoriano, me permito expresar nuestros sentimientos de solidaridad y de verdadera hermandad desde la provincia del Carchi, manifestando que estamos dispuestos a seguir colaborando con todo nuestro contingente, en lo espiritual, con una sentida oración a nuestro Dios y Creador; y en lo material, con el corazón generoso que caracteriza a mis coterráneos.
Estamos totalmente de acuerdo con las medidas tomadas por parte del Gobierno Nacional para ir subsanando por etapas los graves problemas que están presentes y los que se avecinan. Estamos conscientes de que para ello se necesitan miles de millones de dólares y estamos dispuestos a sacrificarnos en pro de la reconstrucción de las poblaciones destruidas por la magnitud del terremoto pasado.
Sin embargo, también el país entero conoce de la grave situación económica por la que atraviesa nuestra provincia del Carchi, por su calidad de frontera norte, debido a la devaluación del peso colombiano, que ha venido a desmejorar tremendamente la economía de nuestro pueblo.
Nosotros dependemos en un gran porcentaje de la actividad comercial y con ello se vive una situación bastante triste en los hogares de las clases menos favorecidas.
Por estos antecedentes, quisiéramos que el señor presidente Rafael Correa tome en consideración esta situación que vive nuestra ciudad de Tulcán y toda la provincia, para que exceptúe del incremento del 2 por ciento más en el IVA, pidiéndole que recuerde cuando ha visitado nuestro terruño, que era un pueblo feliz, hoy poco a poco está siendo captado por la tristeza y la desazón porque realmente vemos un futuro incierto para el presente y el porvenir de nuestros hijos y nietos.
¿Qué va a pasar con este nuevo incremento en el IVA?
Lo incomprensible también es que nuestros asambleístas ni siquiera intervienen con un pedido como el que hoy lo hace simplemente una madre de familia que día a día siente y se preocupa por el acontecer local y nacional, por ser una ecuatoriana que ama a su país y no quiere presenciar más devastación.
Sabemos también que el Gobierno puede recurrir a la venta de empresas estatales. Con el producto de sus ventas y con las ayudas internacionales se reconstruirían muchos de los pueblos destruidos. Los fondos se deben administrar con transparencia y con la participación de representantes, tanto del Gobierno como de los conglomerados sociales.
Atentamente
Guadalupe Espinosa Vda. de Terán
C.C. 100070200