Para bien del país, al Presidente y el Vicepresidente de la República no les queda otro camino que seguir trabajando juntos por el fortalecimiento y profundización de los principios programáticos de la Revolución Ciudadana, aprobados por el pueblo en las urnas.
Quienes digan que la defensa al proceso iniciado hace 10 años bajo el liderazgo del economista Rafael Correa, significa ser fanáticos o sectarios, abierta o solapadamente, protegen privilegios que se contraponen a los más sentidos intereses colectivos.
Igualmente, la estrategia política del diálogo con todos, incluyendo a los sectores no afines a Alianza PAIS, nos parece correcta, siempre y cuando se cumpla en función de los intereses de las mayorías como lo viene diciendo el nuevo mandatario quien, en sus continuas intervenciones, ratifica que los desafíos del futuro deben ser asumidos por toda la sociedad y no solo por el Estado, tal como lo consagra la Constitución de la República y el Código de Comercio que justifican las alianzas público-privadas.
Con la convocatoria al Diálogo Nacional, el presidente Lenín Moreno Garcés recoge puntos de vista parecidos a los expresados en su carta fechada el 30 de marzo de 2016 dirigida desde Ginebra a la exsecretaria ejecutiva del Movimiento Alianza PAIS, Doris Soliz, en cuyo documento hace claros señalamientos sobre la política nacional y reconoce que Ecuador está en un proceso revolucionario que debe impulsárselo desde los distintos sectores sociales, tomando en cuenta a los pequeños, medianos y grandes empresarios quienes, junto con el Gobierno, contribuyan a acelerar y mejorar los cambios y las transformaciones en marcha.
Sin duda, hay grandes expectativas en el pueblo ecuatoriano; más aún ahora, con la decisión legal y constitucional tomada por el CAL de archivar la solicitud de juicio político contra el señor vicepresidente Jorge Glas Espinel, porque no se presentaron pruebas.
Se espera que las acciones gubernamentales se coordinen estrechamente entre los dos principales del Poder Ejecutivo, que habiendo sido elegidos por el voto popular tienen la suficiente potestad de aplicar políticas públicas que beneficien a grandes mayorías, tal como se lo venía haciendo en la década ganada, o mejorándolas, pero en el marco del proyecto de la Revolución Ciudadana.
Tenemos fe que el presente Gobierno hará bien las cosas, sin desechar el diálogo pero con sectores políticos dispuestos a arrimar el hombro para resolver las necesidades de la población. Como decían los griegos “de los sabios el único que vale es el tiempo, porque el tiempo todo lo descubre”. Entonces, hay que esperar, los hechos son los que darán el veredicto positivo o negativo a la presente gestión gubernamental. (O)
Francisco Basilio Benítez
