El excandidato a presidente Guillermo Lasso, quien llevaba más de cuatro años en campaña, ha perdido no solamente las elecciones y cantidades exorbitantes de dinero, sino también la cordura; y dentro de poco también a sus crédulos votantes y a sus aliados. Solo le quedan los bravucones contratados para seguir con la pantomima al estilo paramilitar derechoso venezolano.
Parece que no entienden él y sus asesores que el cuento del fraude, cantado cual pitonisas antes de un año del sufragio, ya no va más. Se ha demostrado que el fraude lo hicieron ellos al mentir al país y a sus seguidores con la complicidad de un exit poll de Cedatos y la alegría de los presentadores de los medios privados que lo proclamaron ganador. El asunto es grave, muy grave, pero no les importa nada, acostumbrados como son los poderosos del dinero y los pseudo-oligarcas a hacer lo que les da la gana.
Ejemplo tenemos en Quito con el alcalde Rodas, a quien no le importa en absoluto que a la ciudad -a la que le cambió su himno y su bandera- y a sus ciudadanos nos amenacen sus aliados con incendiarnos; que la destruyan e irrespeten. Total, se creen todavía hacendados de principios del siglo XX; y la ciudad, sus predios.
Están ganando tiempo. Y haciéndonos perderlo a todos. Lasso no asistió al recuento de votos; no asistieron sus delegados. Una burla al país y a sus leyes. La agenda de desestabilización y ambiente de ingobernabilidad lo cumplen como buenos alumnos de sus colonizadores. No saben -por ignorancia o por ciegos- cómo se comporta el decadente imperio con sus súbditos una vez que consigue lo que quieren.
Pero ¡cuidado! Los ecuatorianos y las ecuatorianas -no solo quienes pertenecen a organizaciones sociales, al movimiento PAIS o a grupos organizados- saldremos a defender la democracia, que nos pertenece a todos y todas, y a la que están violando en aras de sus patrañas y ambiciones. Muchas cosas puede perder Lasso, pero parece que la que más le importa es el poder del dinero. A Páez le interesa el poder, no importa a qué precio… A los medios privados, el poder de incidir en las mentes de sus audiencias.
La ley y la justicia irán por todos ellos. Es lo que esperamos luego de todo el mal que han hecho al país, interna e internacionalmente; de cómo se han burlado de la fe pública. (O)
Analucía Sosa