La democratización de la Casa de la Cultura o el debate nacional pertinente
06 de marzo de 2017La creación de la Casa de la Cultura Ecuatoriana en 1944 fue el producto histórico de las intensas luchas sociales y políticas a mediados del siglo XX en el país y del cúmulo de fuerzas de los diversos sectores intelectuales, de artistas y de políticos de izquierda; fue el impulso a la consolidación de un verdadero proyecto cultural y un referente en todo el continente latinoamericano, estimulando a los sectores culturales populares que hasta ese momento habían sido invisibilizados y que con la CCE sentaría las bases de nuestra cultura.
Hoy, 73 años después de la más grande creación de Benjamín Carrión, se abre la posibilidad de recuperar aquellos ideales con los que realmente fue fundada la CCE dentro del acontecer histórico, de la significación en la trascendencia de nuestra identidad y de los actuales procesos de construcción de políticas culturales que vayan al tono del proceso progresista que vive Ecuador y el continente.
Estamos a las puertas de las próximas elecciones para renovar los directorios provinciales de la CCE, de acuerdo con la actual Ley de Culturas y dentro de ella el RUAC, como herramienta que amplía la participación de artistas y creadores dentro de la construcción de políticas culturales que afiancen las manifestaciones culturales al interior de nuestro pueblo y de las y los jóvenes urbanos y rurales.
Estamos en la posibilidad de devolver el sentido histórico de su accionar, de su imaginario y emprender un gran diálogo entre los artistas y la población para llegar con la cultura a todos los rincones, a las juntas parroquiales, a las comunas y recintos tan deslegitimados y olvidados y sometidos a las imposiciones culturales urbanas; invisibilizando a los sectores culturales que han mantenido en plena vigencia nuestra identidad y nuestras tradiciones, así como a aquellos sectores populares donde la creación cultural contiene una intensa creatividad acumulada por la tradición y nuestra memoria histórica y social, como trabajadores de la cultura a tiempo completo.
Hoy se nos presenta aquel reto de sumar fuerzas entre los creadores de nuestra cultura, para afianzar nuestra Casa, que no es nuestra por el sentido de ser aceptado como miembro, sino por el sentido de pertenencia colectiva y de espíritu rebelde con que fue creada. (O)
Miguel Cantos Díaz
CI: 1714738000