Pareciera que el poeta Pablo Hanníbal Vela se hubiera inspirado en los maestros Giovan Delgado (entrenador de Glenda Morejón) y Fausto Cayambe (entrenador de David Hurtado) para escribir su inmortal himno que nos pide “gratitud al maestro que alumbra nuestra vida y la llena de estrellas”, porque estos dos maestros, venciendo todas las adversidades e invirtiendo dinero y sin cobrar sueldo, dieron a Ecuador y al resto del mundo dos estrellas del deporte: Glenda Morejón, campeona mundial juvenil de marcha; y David Hurtado, campeón panamericano sub-20 de marcha en Perú, es el número uno en 10 km en marcha en el ranking de la Federación Internacional de Atletismo.
En mi vida de 50 años de educador y periodista, vi pocos ejemplos de tenacidad, paciencia, fe, esperanza, generosidad, fortaleza de maestros ejemplares como Delgado y Cayambe; que nos han llenado de orgullo de ser ecuatorianos, y a la vez de tristeza, porque sufrieron por la indiferencia gubernamental que no apoyó en un comienzo sus proyectos de formadores de campeones.
Gracias a Delgado, Cayambe, Morejón y Hurtado, seres de carácter espartano, nos conocen más en el mundo y saben que, como dijo nuestra juvenil campeona Glenda, tienen que matarnos si quieren ganarnos, porque preferimos perecer con garra antes que ver a nuestra patria en los últimos puestos de competencias mundiales. (O)
Lic. César Burgos Flor