La arremetida de la derecha en Venezuela forma parte del concierto organizado por el imperio desde hace algunos años -desde el 98 que fue electo el comandante Hugo Chávez- y a raíz de esa elección surgieron nuevos gobiernos progresistas y patrióticos en la región, que le dieron a la democracia una esperanza para los desposeídos y dignidad a los patriotas. Brasil, Argentina, Bolivia, Uruguay, Paraguay y Honduras, fueron sumándose a este renacimiento de los sobrevivientes de las dictaduras que azotaron nuestra América, ya Chile había retornado a la democracia por elección popular y Nicaragua consolidaba su gobierno sandinista, antiimperialista y patriótico.
Agotadas las maniobras antidemocráticas, el imperio da luz verde al famoso manual elaborado en el pentágono: golpe blando, calentamiento de las calles y guerra tecnológica en las redes sociales. Logran su objetivo en Honduras, Paraguay, Brasil y Argentina. El plan macabro: montar gobiernos títeres y destruir lo ganado con la Celac, Alba y Unasur; hay que resucitar el mamotreto de las colonias y para eso se consiguen un dócil Secretario General de la OEA.
Pero el hueso más duro de roer está en Venezuela, a pocos días de sus refinerías de Texas y las que quedan en el Caribe es un delicioso bizcocho para el imperio y como dijo el Secretario de Estado que impulsó la dictadura fascista en Chile: EE.UU. no tiene amigos, tiene socios. Y con esta frase los lacayos en Caracas contratan ‘guarimberos’ para hacer la vida imposible a la población pacífica y ansiosa de mejores días de la patria de Bolívar. Nuestra obligación es la solidaridad con Venezuela, ya que la receta del fascismo es la misma para toda la región de nuestra Patria Grande.
Esta solidaridad no debe quedarse encerrada en cuatro paredes y en verborreas valentonas con la clásica expresión: ‘vamos a demostrar en la práctica’ y con eso nos retiramos de la ‘asamblea’ con una aparente tranquilidad para nuestra conciencia revolucionaria. No y mil veces no, la formación de un frente antifascista y de solidaridad con Venezuela se impone hacerla ya, y la deben conformar los partidos demócratas, organizaciones laborales, de la ciudad y del campo, jóvenes amantes de la paz y la cultura.
Ese es nuestro mejor homenaje al comandante Hugo Chavez Frías. Venezuela no está sola. (O)
Salomón Fuentes Vidal