Con fecha 22 de mayo del presente año envié una nota al presidente Lenín Moreno Garcés,  en la que, lamentando la histórica inconsistencia política de Ecuador, como un ya casi nonagenario testigo de aquel quehacer que soy, pedía que sobre la base de una sólida y vertical personalidad -lo que afortunada y positivamente está demostrando- enrumbe a la patria por senderos positivos, para lo que tendrá -decía- que recurrir al diálogo dentro de parámetros de verdad, armonía, honestidad y tolerancia democráticas… pero sustentado, por supuesto, en el debido respeto merecido.

Las grandes confrontaciones tienen precio, muchas veces agridulce, pero quien las encara debe hacerlo sin miedo, tal como el presidente Moreno dijo que lo haría. Porque la voluntad del pueblo es la suprema ley, me uno a los tantos ecuatorianos que se suman al pedido de que convoque a una consulta popular, a fin de que, de una vez por todas, saque al país de la dramática crisis moral y económica en la que está inmerso… para lo que necesitará rodearse de nuevos actores que, también sin temor, lo acompañen y participen en su accionar, especialmente en el campo financiero, en el que hay versados e independientes economistas… para bien de la patria. (O)

Arturo Sampedro Villafuerte