La Asamblea Constituyente venezolana ha sido convocada ante la ingobernabilidad creada por la política desestabilizadora y guerrera de EE.UU. y, como consecuencia, la golpista de sus cipayos al interior. Está garantizada por un sistema electoral probado en decenas de batallas electorales, observadas y alabadas por especialistas neutrales y organismos internacionales, entre ellos la fundación Carter.
Tiene un sistema que garantiza la capacidad de candidatearse y elegir a todos por igual con elecciones secretas y universales, con un representante por cada municipio, dos para los que son capital de estado y siete para los que son capital del país.
Qué extraña dictadura, que se despoja del poder ante la representación originaria, dando una prueba histórica de espíritu democrático; y qué extraños los defensores de la democracia, que se revuelcan de rabia e irrumpen con amenazas ante la muestra radical de ella.
Por eso mismo se oponen, ellos gustan de las tradicionales constituciones hechas por grupitos de políticos o militares vendidos y comerciantes mezquinos, hechas a su medida y a la de su mentor, el imperio; que les rinden réditos y despojan a los pueblos, no aquellas que revolucionan la participación popular y amenazan contagiar las democracias del mundo.
Fernando García
Comité Antiimperialista de Solidaridad con Venezuela