Desde muy pequeño frecuento un hermoso paraje natural, inducido primero por mis padres; llevados por la brisa fresca, el pan de horno de barro y la conversación amena.
Ahora, a 10 minutos desde Gral. Villamil Playas, la parroquia San Jacinto del Morro promete mucho desarrollo por al auge del turismo rural, rodeada de bosque seco, por un cerro emblemático que simula un hombre acostado (Cerro del Muerto), buenas vías de acceso y un puerto de brazo de mar (Puerto del Morro) donde se disfruta de avistamiento de delfines y rica gastronomía marina.
Los lugareños, gente ya preparada a nivel superior, emprendedores y microempresarios agrícolas han mejorado sus casas antiguas, han invertido en genética de caprinos, bovinos e introducido mejores razas caballares.
Se puede todavía al caer las tardes emprender largas caminatas hacia el Cerro del Muerto, solo acompañado de un ‘bejuco plazarte’ y regresar al pueblo a comer pan de horno de leña y tener amenas conversaciones en el parque central. Salir muy temprano en la mañana a caballo con un grupo de amigos con rumbo a Data de Posorja, ‘a paso de tranco’ para que los animales resistan y llegar a degustar platos típicos de la Costa, descansar en una hamaca frente al mar y luego, al caer el sol, regresar ‘sobreandando’ los caballos, bromeando, contando historias de muertos aparecidos y gastando bromas ente nosotros.
Me alegré mucho al leer por la prensa acerca del Proyecto de Aguas Profundas impulsado por el Gobierno Nacional en la parroquia Posorja, que está muy cerca de El Morro. Comentábamos una noche, en la hacienda de don Víctor Vega, ganadero de este lugar, que este proyecto traería mejores vías de acceso, más turismo, más inversiones hoteleras y, desde luego, más trabajo a los nativos de todo el sector.
Hace días me enviaron fotos de un asentamiento ilegal en tierras de productores agropecuarios de El Morro, fotos donde claramente gente pagada levantaba cercas de alambre de púas, talaba el bosque seco, desbrozaba sin permisos ministeriales, camionetas (2) doble cabina de lejos observaban esta operación ilegal. Al averiguar con más tranquilidad nos enteramos de que una empresa legalmente constituida se decía dueña de todo este sector sin presentar ningún documento. Además, en Guayaquil nos enteramos de que esta empresa, supuesta propietaria de estos terrenos agrícolas, tiene ese modus operandi en varias provincias de Ecuador. El trasfondo: revender tierras a grupos empresariales más grandes; tierras que han ganado valor por el Proyecto de Aguas Profundas.
Pedro Pablo Jijón O.
@PABLOJIJON
