Una cortina de humo

En las últimas semanas nuestro continente se ha estremecido por numerosas noticias negativas.

Ciertamente, Ecuador todavía está conmocionado por los efectos del terremoto del 16 de abril y algunas de sus réplicas más violentas.

Un militarismo chileno que mantiene sus vínculos con Pinochet, pone presión bélica a las fronteras de Bolivia permanentemente.

Argentina y Brasil  aceleran los pasos para retornar al neoliberalismo en su versión más salvaje, aun a costa de declinar con su propia soberanía y acabar con los recientes mecanismos de integración soberanos.

Un Secretario General de la OEA descaradamente conspira contra Venezuela, junto con las fuerzas más retardatarias (como es el caso de Uribe), mientras el Comando Sur de Estados Unidos prepara una agresión contra la patria de Bolívar casi a la vista de todos.

Para ello se aprovechan hábilmente de la enorme caída de los precios de los hidrocarburos, la violenta sequía que lo aqueja y otras graves dificultades.

Y todo esto ocurre tras la cortina de humo que ponen los medios mercantiles para ocultar los verdaderos ‘motivos del lobo’.

No conviene olvidar que si las llamas de la guerra se prenden en Venezuela, toda América Latina se vería envuelta en el incendio y la tragedia para países como Ecuador sería inmensa.

Conviene que la opinión pública nacional tenga acceso a materiales como el siguiente.

http://goo.gl/Wus4dZ

Pero me permito sugerir que a él se le dé la debida importancia, citándolo con gráficas, contexto y todo lo que corresponde a resaltar el peligro que denuncia y no se lo publique como artículo de relleno.

Los latinoamericanos tenemos el derecho de defendernos de las agresiones externas y forjar nuestro destino en paz.

El imperialismo yanqui se empeña en marcarnos un camino distinto, el que impusieron a Panamá, a Vietnam, a los Balcanes, al Medio Oriente y al norte de África.

De una opinión pública bien informada y movilizada depende el camino que sigamos en la construcción de nuestro futuro.

Atentamente
Oswaldo Albornoz
C.C. 1703495281

El peligro para los niños refugiados

Existe un número sin precedentes de poblaciones desplazadas por la fuerza, lo que supone una presión enorme para los sistemas educativos. Pero la educación reviste especial importancia para estos niños y jóvenes: simplemente por estar en la escuela se hallan más protegidos frente al tráfico, la adopción ilegal, el matrimonio en la infancia, la explotación sexual y el trabajo forzoso. Las cifras globales de niños refugiados no escolarizados ocultan diferencias importantes. Solo el 50% de los pequeños refugiados cursa la enseñanza primaria y únicamente el 25% de los adolescentes la secundaria.

Irina Bokova, directora general de la Unesco