Inverosímil creer que una farmacia de prestigio venda monitores de presión arterial defectuosos o mal calibrados. Aquello es un crimen.

Bueno, por suerte aprendí el idioma inglés, el vendedor me aseguró que era un producto fabricado en Suiza y me enseñaba la banderita roja con la cruz blanca, pero en letras muy diminutas se leía ‘Swiss Design’ (diseño suizo). Y también decía en la base ‘Made in China’ (hecho en China). Compré por no haber otra alternativa. Los monitores electrónicos para medir la presión deben ser precisos, calibrados bajo control de calidad del fabricante.  

El problema es que se atenta contra la salud al no tratarse de un simple producto que se expende para obtener un rédito comercial.

Olvidé llevar la factura y las instrucciones de uso del equipo para hacer el reclamo formal, así que exigí revisar las ventas del día anterior para encontrar la factura con mi nombre y número de cédula. Por suerte, el aparato tenía 14 datos de memoria con los diferentes resultados de la presión tomada cada 5 minutos y en completo reposo.

Se lo presenté al vendedor, se leía: 120-90, 140-65, etc. Regresé con la factura, de repente apareció la supervisora, mal encarada y descortés, para defender los intereses del patrón y no mi justo reclamo. Si devuelven el valor será con un crédito para hacerlo efectivo con medicinas, productos  de China, muchos sin control de calidad ni los respectivos sellos de seguridad. Las autoridades deben retirar esos medidores.

Héctor García Rivera