Creo que todos sabemos a plenitud que lo que sembramos cosechamos; en todas las facetas de la vida, no solo el agricultor constata esos resultados, por ello se esfuerza en obtener la mejor semilla. Sin duda alguna los abusos sexuales hoy se dan a todo nivel y en todas las sociedades del mundo, no solo en Ecuador.
Es evidente que el Estado y la Iglesia no han puesto la debida atención. Amigos, ¿qué estamos sembrando? La tarea queda en manos del núcleo de la sociedad, en la familia, donde se aprende a ser hijos de Dios, valores humanos, el perdón, autodominio, etc.
No olvidemos a nuestros hijos, debemos brindarles confianza, escucharlos y mirarlos a los ojos para descubrir lo que nos quieren transmitir. Darles tiempo de calidad es lo menos que podemos hacer. (O)
Guillermo Jurado