Las cicatrices que demuestra Fausto Bolaños en sus piernas son símbolo de esfuerzo y sacrificio en esta disciplina que le abrió las puertas hace 9 años y que le brindó una segunda oportunidad de vida. Las marcas físicas no son nada para este ‘runner’ de 35 años, quien afirma que su vida se transformó hace 15 años cuando estuvo cerca de ver la muerte.

Bolaños recuerda que en un feriado de carnaval casi lo matan a las afueras de una discoteca en El Arbolito (Durán). Estaba con su familia disfrutando de las fiestas cuando de pronto vio se que se armó la bronca con un tipo que él no conocía.

“Veo que ese sujeto, a quemarropa y a 2 metros de distancia, me dispara en dirección a la boca del estómago, pero no me impacta porque me lancé al piso. Lo malo es que mi hermana, que venía atrás, quedó desprotegida, y a ella la bala le perforó el antebrazo y el proyectil se le incrustó en el seno. Gracias a Dios, ella superó eso”. El deportista asegura que todo cambió desde ese momento.

A veces comenta que, a solas en su cuarto, se ríe cada vez que le viene a la mente esa tragedia. “Dios me tenía para correr o darme otra oportunidad”, expresa Fausto, quien escuchó la noche del incidente una voz de entre los curiosos que le dijo: “Flaco, volviste a nacer...”.

Y así fue. Se radicó en Naranjal a trabajar de asistente de riego en una bananera. Allí, tras haber dejado la ‘vida bohemia’ conoció a Mariano Arias y Jacinto Guerrero, que lo sedujeron para que ingresara al mundo del atletismo y fueron quienes lo convencieron de entrar al grupo DM3 Sport.

En Guayaquil entrenaba con ellos y en Naranjal lo hacía por las noches en la carretera panamericana Machala-Guayaquil; allí, cuenta que en muchas ocasiones se tuvo que tirar a los matorrales para salvar su vida porque los tráileres pasaban ‘volando’  cerca de él. “Como soy negrito, ni me veían, por eso estaba ‘once’”.

Al principio, Bolaños solo iba a las carreras para acompañar a sus amigos; decía que “para quedar último, mejor no corría”. Pero un día, dice que le picó el ‘bichito runner’ y comenzó a sentir ese gusto.

“Me enamoré del atletismo en la Maratón de Guayaquil de 2006; corrí sin saber que la distancia era de 42 kilómetros. Terminé la prueba y me sentí supermotivado”, dice ‘Malotelli’, sobrenombre que le pusieron sus amigos y allegados por el parecido que tiene con el futbolista italiano que milita en el Liverpool.

‘Malotelli’ cuenta que le dicen así porque es malo para jugar fútbol. Ycuando se inició en el atletismo se tiñó el cabello de rubio para que le ‘saquen pinta’ en las calles y le digan: “Ve, ahí va mi negro rubio”.

Después de esa maratón, Bolaños se dio cuenta de que esto de correr era lo suyo. Sabía que farreando nunca iba a poder tener la oportunidad de salir y conocer otros países.

La Maratón de Buenos Aires fue su primera intervención internacional y se dio, luego de que su jefe en la bananera lo viera en una foto en los medios impresos y junto a la ganadora de la Maratón de Guayaquil en 2008, Sandra Ruales, fue llamado a la oficina y le preguntaron: “¿El de la foto eres tú? Yo respondí, temeroso, que sí. Luego de felicitarme me dio la mejor noticia: ‘Te vas al maratón de Argentina, por 10 días y con todos los gastos pagados’”.

A partir de ese momento tuvo la certeza de que eso del atletismo era para él. Viajar, recorrer el mundo y hacer un deporte que lo apasiona era lo que buscaba. Por su carisma y buenas relaciones se ha ganado la amistad de personas que lo ayudan con indumentaria, pasajes, hospedajes y la alimentación para competir dentro y fuera del país.
“Gracias a mis amistades es que puedo salir a correr. En la Maratón de Dallas (EE.UU.), el año pasado, la ‘Flaca’ Guerrero me abrió las puertas de su casa por 15 días y corrimos en esa prueba. Asimismo salen otras invitaciones”, expresa Fausto, quien asegura que es ‘chiro’ y que gracias a los auspicios que hoy en día tiene es que puede automantenerse.

Ya lleva 2 años trabajando con una marca de bebida hidratante. Es líder de ‘Legión Gatorade’, donde entrena y capacita a personas en el ‘runner’. Pero Bolaños no quiere quedarse estancado. Sabe que esta profesión no le durará para siempre y que llegará el día que ‘cuelgue los zapatos’.

“Cuando me vaya a retirar del atletismo podría ser corriendo una ultramaratón (100 km). Hasta allí correré y me dedicaré a ser profesor o personal trainer, como hago ahora, aunque no tengo un título profesional”, cuenta el corredor que aspira a finales de año retomar sus estudios en la Facultad de Educación Física de la Estatal.

Algo que también anhela cumplir esta temporada es competir en una prueba de triatlón. “Le tengo mucho respeto; y lo único que me ha detenido de hacerlo es el agua. Los negros somos como gatos en el agua; y si no, díganme por qué no hay en la historia un deportista de tez morena que haya sido campeón olímpico?”, dice entre risas el singular ‘runner’ que el 10 de abril cumplirá 36 años.

Bolaños considera que todavía no está en sus últimos años como corredor. Sabe que empezó tarde, a los 26 años. “Cada vez que se me dé la oportunidad voy a seguir participando”, señala este ‘runner’ que fue escogido para ser la imagen de la segunda edición de la carrera ‘5K Reina de Guayaquil’, evento que se desarrollará el próximo 12 de abril.

“Siento que puedo seguir dando más. Además, tengo un próposito claro: correr, por lo menos, 4 de las 5 mejores maratones del mundo. Por lo pronto, este año ya estoy inscrito en la de Boston y Nueva York; me resta participar en las de Berlín, París y Londres”. (D)