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El Telégrafo

Zapatazo a la banca

11 de febrero de 2013

“Este señor es un criminal y como tal deberían ustedes tratarle”, dijo ante el Congreso español Ada Colau, integrante de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), al referirse al representante de las entidades financieras españolas que le antecedió en la palabra ante los diputados. El representante de la banca había dicho minutos antes que la ley hipotecaria española era estupenda. Ante lo cual Colau dijo: “Les aseguro que no le he tirado un zapato a este señor, porque creía que era importante quedarme aquí para decirles lo que les estoy diciendo”. “Decir que esa ley era estupenda cuando hay gente que se está quitando la vida por las consecuencias de dicha ley es criminal”, sentenció la portavoz de la plataforma ciudadana.

Ada presentó ante el congreso español la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que propone la dación retroactiva de los inmuebles hipotecados en pago, para evitar que las familias que han devuelto la vivienda al banco continúen pagando deudas de por vida. Otras iniciativas son la creación de un parque de viviendas de alquiler social más amplio y el fin de los desahucios. Tan importante como las iniciativas propuestas fue la exposición que realizó Ada Colau sobre la responsabilidad de la banca en la situación de miseria e indefensión a la que se ha condenado a decenas de miles de familias españolas.  

Colau recordó cómo la banca, con el apoyo de los gobiernos socialista y del ultraderechista Partido Popular (PP), ocultó la burbuja inmobiliaria y, además, cómo estos gobiernos invitaban a los ciudadanos a seguir invirtiendo en inmuebles sobreevaluados y con créditos abusivos. También recordó la protección del gobierno del PP a los bancos y la condena a muerte de los ciudadanos endeudados. Por eso Ada no se equivocó cuando llamó “criminal” a un representante de las entidades financieras que estaba presente en el Congreso. Ni se equivocó cuando dijo que España no está ante un problema social, sino ante un tema de estafa generalizada.

La situación española no nos es ajena, pues todo el sufrimiento de miles de familias españolas, los suicidios de ciudadanos que se ven lanzados a la calle, excluidos del sistema y de toda esperanza,  ya se vivieron en Ecuador hace más de una década como consecuencia del feriado bancario. Aquí tampoco se llamó criminales a los banqueros que propiciaron los suicidios y que desterraron a millones de ecuatorianos por la crisis que provocaron.  

Bancos y banqueros corruptos y los que se dicen honrados hicieron firmar hipotecas abusivas a los ciudadanos en España. En Ecuador, bancos y banqueros corruptos y los que se dicen honrados promovieron una Constitución, la de 1998, que garantizaba sus pérdidas y sus malos manejos con dineros públicos, es decir con dinero de todos los ciudadanos. Aquí banqueros corruptos y los que se dicen honrados pusieron un títere en el poder para que gobernara en su beneficio, como bien cumplió Jamil Mahuad decretando un feriado bancario para que cómodamente puedan robar y huir.

La misma ley que está provocando suicidios en España existió hasta hace muy poco también en Ecuador. Esta ley condenaba a los ciudadanos a deudas eternas y daba abusivos beneficios a la banca ecuatoriana. Quienes no quebraron en 1999 han insistido en hacerse llamar banqueros honrados. Es curiosa esa honradez que se ampara en leyes injustas que expolian a unos y dan abusivas ganancias a otros.

Además, en una crisis bancaria, tanto los que quiebran como los que quedan a flote, todos son corresponsables. Unos cierran sus puertas y huyen,  otros salen beneficiados de dicha crisis, uno es carroña y el otro es su buitre, pero no hay entidad financiera inocente en circunstancias como las vividas en el país en 1999.

En plena crisis mundial, cuando varios países europeos repiten una historia parecida a la que vivió Ecuador, y que provoca que millones de ciudadanos pidan la nacionalización de la banca y cárcel para los banqueros, Ecuador mira a otro lado. Mientras en Islandia se encarceló a los banqueros que contribuyeron a la crisis de ese país y cuando la propia Angela Merkel apoya una ley para imponer penas de cárcel a los banqueros “imprudentes”, Ecuador ni se inmuta ante el papel de la banca en la crisis mundial. Y no solo que no se inmuta, sino que admite que un banquero se presente como candidato a la Presidencia.

Me da vergüenza que Ecuador sea tan especial, tan especial que no tenga memoria, que viva apartado de la historia y del día a día mundial. Me da vergüenza que la amnesia y la abstracción de los ecuatorianos posibiliten tremendo escarnio.

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