En Yasuní y la Amazonía no se debe practicar etnocidio, colonialismo. Tampoco debe ser un lugar de explotación y contaminación sin respetar la naturaleza y a los seres humanos. Y nunca debe ser reserva para los destructores y potencias mundiales: saqueo de oxígeno, agua, madera, minerales, animales silvestres.
Yasuní y la Amazonía deben dejar de ser lugares de disputas políticas y económicas donde gana tan solo uno y pierde la mayoría de los protagonistas. ¿Existe el escenario contrario, donde ganen todos? Las bases de los acuerdos de convivencia y del Buen Vivir pasan por la aceptación honesta de los siguientes principios: no existe cultura que no tenga valores, ni otra que los tenga todos. Ningún sistema de pensamiento puede comprender totalmente una realidad. Ninguna cultura es dueña absoluta de un territorio. La libertad de una persona o cultura termina donde comienza la de otra.
Entonces, ¿cómo proceder? Entendiendo esos principios básicos en nuestra sociedad, cuando un elemento o sector se beneficia en perjuicio de los demás, el Buen Vivir queda ilegitimado. Cuando un solo sector se impone por la fuerza a la mayoría, produce resentimiento que en algún momento reaccionará en revancha. Se requiere que cada protagonista se despoje de intereses egoístas y aporte lo mejor de sí mismo en beneficio del bien común. ¿No es el Buen Vivir lo que deseamos para todos, en armonía con la naturaleza?
Yasuní y la Amazonía pueden llegar a ser punto de encuentro y ejemplos vivos del Buen Vivir. Los diferentes protagonistas deben examinar si cumplen los criterios valorativos siguientes: ¿Se respetan las diversas identidades (personales, barriales, comunitarias, locales, regionales, etc.)?¿Se respetan los derechos humanos? ¿Se respetan los derechos de la naturaleza ( recuperación del impacto ambiental y el equilibrio ecológico)? ¿La tecnología que se utiliza es amigable o destructiva para con la naturaleza y los seres humanos?¿Se respeta la autodeterminación de los pueblos y culturas, la libertad, dignidad e independencia?
Son preguntas simples y a la vez profundas, en gran medida determinantes para entender algo más importante en cada uno de nosotros: ¿Quiénes somos como persona, sociedad, cultura, país, nación, como suma de valores interculturales? Lo que Yasuní signifique para nosotros debe expresar esas respuestas, nuestro interés, cuán involucrados estamos en un cambio social profundo que proyecte al Ecuador a un futuro de grandes realizaciones como parte del Buen Vivir. Yasuní hablará por nosotros.