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El Telégrafo
Jessica Jaramillo

Los vox criollos

01 de agosto de 2020

Últimamente hemos visto debutar en política a personajes que usando el discurso de la hispanidad, pretenden calar en la sociedad, entregando ofrendas a monumentos y
gritando: ¡viva la reina de España!.

Esta simbología se apega más a la época colonial que al Ecuador actual. Estaría bien si es un club de historia; pero no cuando se trata de lo electoral, de elegir el gobierno de la República, de este país diverso y multicultural.

A los voceros de lo virreinal, se suman los ultra conservadores y representantes de “tradición, familia y propiedad”, rostros de la extrema derecha que ideológicamente están más allá de CREO y el PSC; y afincados en el despacho legislativo de Esteban Torres, a quien no le incomoda haber heredado su curul.

Desde aquí se han levantado tesis muy similares a las que mantiene Vox en España, que para nada se compadecen con nuestra identidad ni con la realidad social.

Estos discursos, que trascienden lo neoconservador y se denominan ultraliberales, deben ser develados, pues esconden una agenda antiderechos, cargada de misoginia, machismo y lenguaje violento. Lo que atenta contra la convivencia democrática, los liderazgos políticos femeninos, los derechos de minorías, derechos de trabajadores, niegan la desigualad de género, la violencia intrafamiliar y las muertes de mujeres en manos de sus parejas.

Sin embargo, ese discurso de odio, tiene micrófono y se amplifica en ciertos medios como La Posta, en donde al irrespeto le llaman irreverencia y se dice que: “elegir Vicepresidenta no es como elegir una moza”.

Cuidado y esto signifique “abrir las puertas del infierno” de Dante. Aquí los medios de comunicación tienen la responsabilidad de visibilizar liderazgos que construyan y propongan soluciones ante la crisis; y no dar palestra a bufones cuyo único mérito es ultrajar, encarnar al vox criollo y admirar los muros de Trump.

Mejorar la política requiere salir del insulto, cambiarla es asunto de todos, también del periodismo.

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