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El Telégrafo

Viva Quito: sin toros, sin alcohol, pero con reinas

07 de diciembre de 2012

Lamentablemente, los medios de comunicación masivos aún siguen atrapados en un Quito del pasado, en un Quito que ya no existe. Con nostalgia y llanto que desgarra siguen empeñados en el Chulla quiteño (que desapareció en décadas pasadas) que se pasa la vida cantando, en leyendas aburridas y en paseos por conventos sin la más mínima imaginación para visibilizar al Quito de hoy.  Sin duda, es importante preservar nuestra memoria histórica, pero sin esa añoranza que nos ciega y nos impide ver el presente.

A pesar de ciertas voces que se empeñan en una propuesta de descolonización, la celebración por  la fundación española se impone. Incluso los medios públicos, como la Radio Pública, promueve la fiesta: “Celebremos juntos la fundación española de Quito, transmisión en vivo desde el bar...” , dice un promocional que suena toda la semana. Gama celebra con la orquesta K-Tleya, que interpreta merengues dominicanos desabridos. Y todos, canales de televisión y estaciones de radio, repiten una y otra vez pasodobles españoles que animan a tomar vino y jerez.

Quizá la excepción es Ecuavisa, que ha logrado reposicionar a las tradicionales bandas de pueblo a través de su concurso que realiza ya por tercer año consecutivo. Ese patrimonio musical ha sido revalorizado y ese prestigio local de las bandas, poco a poco, ha logrado trasladarse a otros sectores de una sociedad excluyente que aún sigue marginando lo propio y, sobre todo, las expresiones populares, como las bandas de pueblo.   

La ausencia de las corridas de toros deja sin piso a un sector, ciertamente minoritario, que esperaba ansioso diciembre para lucir sus sombreros de ala ancha, su vestido andaluz y su bota española. Por eso repiten con insistencia: “Qué fiestas más aburridas y apagadas”.  

Y eso sí, se mantiene firme ese espíritu monárquico que obliga a elegir cada año a la Reina de Quito, bajo el pretexto de la “ayuda social”, como si el patronato no tuviese esas responsabilidades. Eventos galantes que estimulan el seguir mirando a la mujer como un simple objeto y que el cuerpo y la belleza son sus únicas opciones. El estímulo para participar es en realidad la posibilidad de acceder a la televisión y convertirse en “talentos de pantalla”. Ya es hora de terminar con estos eventos que en nada contribuyen a generar una ciudad libre, responsable, dinámica, contemporánea.

Pero como es una medida antipopular, seguro el Alcalde y sus concejales no se atreverán y serán los propios ciudadanos, sobre todo jóvenes, quienes a futuro obligarán a terminar con estos reinados.

Así, es necesario revelar los nuevos símbolos y representaciones que forman parte de esa ciudad real, el Quito de hoy, que aún los medios de comunicación masivos, y las autoridades, desconocen e ignoran.

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