Escribo este artículo antes de conocer los resultados electorales, pero los pronósticos señalan la vIctoria de Hollande sobre Sarkozy. Entre los factores que determinarían el triunfo del socialista están el impacto de la crisis mundial, los efectos de las medidas de ajuste, los problemas sociales (desempleo, falta de vivienda, problemas en la educación), caída del nivel de vida, política en favor de los ricos, etc.
El déficit fiscal en 2011, 5,2% del PIB, deuda del 89% y déficit comercial llevaron a tomar medidas de austeridad. Hubo recortes de gasto en salud, retraso en la edad de jubilación a 62 años, menores prestaciones sociales, congelamiento de salarios en el sector público; aumento del IVA y la carga fiscal a empresas, etc. Los efectos de estas medidas de ajuste y la desaceleración de la economía elevaron la tasa de desempleo a 10% (enero/12), disminuyendo el nivel de vida que junto a los otros problemas sociales, ya señalados, han deteriorado el estado del bienestar.
La crisis económica ha sido un factor que ha cambiado gobiernos en Europa. Cayó el Gobierno de Holanda por falta de apoyo de la derecha al límite del déficit fiscal de 3%, al igual que la República Checa, sin duda, por los efectos políticos de esta medida. La población, al parecer, ya está cansada de los efectos de los ajustes. Pero además Sarkozy ha apoyado a Merkel para ajustes y reformas estructurales para enfrentar la crisis en los países rescatados, cuya receta al estilo FMI ha causado gran impacto social.
En cambio, Hollande, que se opone a la política de austeridad de Merkel, propugna reorientar los objetivos del BCE hacia el crecimiento, cambiar el pacto fiscal de la UE, generar empleo (para jóvenes), impuesto a los más ricos, reducir el déficit fiscal racionalmente, eurobonos para proyectos de infraestructura e industria e impuesto al capital financiero.
En lo social, ha prometido volver a la jubilación a los 60 años y una mejor política social. Ofrece reactivación económica con equidad social. Después de ganar la primera vuelta, ha señalado claramente: “Debo reorientar a Europa al camino del crecimiento y el empleo”.
Es un reto para Hollande que deberá, además, buscar nuevos caminos para enfrentar la crisis, elevar el empleo y aumentar competitividad para recuperar al país en la economía global.
Si triunfa Hollande, la socialdemocracia se recuperaría en Europa, marcando un cambio en la tendencia de gobiernos de derecha y viraje a la izquierda. Esto se confirmaría con el triunfo de los laboristas, en las elecciones municipales de Inglaterra, desplazando a los conservadores que aplicaron políticas neoliberales.
Los socialistas, con la experiencia de su mala gestión de la crisis, aparentemente aprendieron la lección. Buscan una reorientación de su política económica y social, acorde con la situación de crisis, poniendo énfasis en el crecimiento, ajustar los desequilibrios macroeconómicos racionalmente, afectando menos al estado del bienestar, cambiar al capitalismo financiero, en suma, un nuevo contrato social en un capitalismo más humano.