Publicidad

Ecuador, 29 de Noviembre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo

Viejos extraordinarios

24 de diciembre de 2011

Oscar Niemeyer  y Manoel de Oliveira han sido noticia en días pasados al haber cumplido 104 y 103 años de vida, respectivamente. Sorprendentemente ambos hablan la lengua de Camoens y  Castello Branco, de Saramago y Jorge Amado, de Amalia Rodríguez y Chico Buarque. Por su ideología progresista, los dos han debido exiliarse o suspender sus actividades. Han arribado a tan respetables edades no solo en plena lucidez sino entregados a las que han sido las pasiones de sus fecundas vidas: la arquitectura y el cine.

El nombre del brasileño Niemeyer  está asociado a  Brasilia. Pero la impronta de su genio no está únicamente en su país de origen, sino que embellece  espacios en los diversos continentes. Sus obras, caracterizadas por el diseño alrededor de la  curva, que según el profesional y artista es propia de la naturaleza y de la mujer, pueden encontrarse en  Francia, Argelia, España, Italia, Portugal. Junto a su nieta que sigue sus pasos y a su segunda esposa, desde su balcón frente a la playa de Copacabana en Río de Janeiro,  mira el avance de su gran nación.

Su escepticismo de antes  acerca del futuro de su pueblo se ha trocado en esperanza y alegría por los cambios que ha impulsado Lula y ahora Dilma Rousseff. Desde el Premio Lenin de la Paz hasta el Prisker, ha puesto su firma a edificios como la ONU,  la sede del Partido Comunista de Francia, el Museo de Arte Moderno de Niteroi, el Memorial de América Latina de Sao Paulo, el Sambódromo de Río de Janeiro. Comunista confeso, cree que estamos inmersos en la agonía del capitalismo. Es poeta y músico, como su  amigo Vinicius de Moraes.

El portugués Oliveira, cuyas obras son aquí poco conocidas, está activo en la dirección cinematográfica,  tarea que no ha interrumpido sino en los años en que la dictadura de Salazar lo cercó. Desde sus inicios como actor en su natal Oporto  y su formación profesional  en Roma ha abordado desde 1931, con igual éxito, el documental y la ficción. En su amplia filmografía se destacan “Belle Toujours”, que fue su homenaje a Buñuel; “La canción de Lisboa”, “La Divina Comedia”, “Francisca”, “La vuelta a casa”, “El espejo mágico”, este de 2005. Ha obtenido los máximos galardones en los festivales de Venecia  (1985-1991) y Cannes (1995-2008) y actualmente ha convocado a artistas de gran reconocimiento, como Claudia Cardinale, para su próxima película.

Espíritus rebeldes que no han claudicado,  los suyos no han sido  100 años de soledad,  sino de amor  y solidaria plenitud.

Contenido externo patrocinado