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El Telégrafo

Víctor Jara

04 de enero de 2013

Músico, cantautor, profesor universitario, director de teatro, disciplinado militante del Partido Comunista de Chile.

El 28 de diciembre de 2012, el juez Miguel Vázquez Plaza procesó a ex oficiales del Ejército como responsables del asesinato del artista, hecho ocurrido el 16 de septiembre de 1973, tras el golpe de Estado encabezado por Pinochet.

La resolución dictada -treinta y nueve años después del crimen- involucra a ocho ex militares que estuvieron a cargo de los prisioneros confinados en el Estadio Nacional de Santiago, que había sido “acondicionado” por la dictadura para funcionar como centro de detención, tortura y ejecuciones.           

El juez determinó que Hugo Sánchez Marmonti y Pedro Barrientos Núñez son autores de homicidio calificado. Para el segundo procesado, el magistrado dictó orden de captura internacional por encontrarse residiendo en los Estados Unidos. Además, dispuso el arresto de los otros siete implicados en el Batallón de Policía Militar Nº 1 de Santiago.   

En calidad de cómplices están procesados: Edwin Dimter Bianchi, Roberto Souper Onfray, Raúl Jofré González, Nelson Hasse Mazzei, Jorge Smith Gumucio y Luis Bethke Wulf. Dimter Bianchi fue señalado como el “Príncipe”, apodo de uno de los oficiales que actuaba con extrema crueldad con los prisioneros.

Víctor Jara Martínez fue detenido el 12 de septiembre de 1973, junto a centenares de profesores, trabajadores y estudiantes, en la Universidad Técnica del Estado en la que trabajaba como catedrático. Fueron llevados al Estadio Nacional, en donde Víctor -tras ser reconocido por los militares- fue separado de los demás prisioneros y sometido por varios días a crueles torturas: quemaduras, simulacro de fusilamiento, fracturas en los huesos de sus manos.

El artista fue acribillado: recibió 44 impactos de bala. Así lo determinó el informe de la autopsia que fue practicada luego del hallazgo de su cadáver.  

El abogado Nelson Caucoto, quien actuó en representación de la familia Jara, en declaraciones a la prensa chilena manifestó: “El Ejército no entregó un solo nombre”.

Con el paso de los años, el mensaje del artista se ha multiplicado. Las canciones de Víctor han recorrido y seguirán recorriendo los caminos de América y del mundo: “Yo no canto por cantar/ ni por tener buena voz, / canto porque la guitarra / tiene sentido y razón /…  Que no es guitarra de ricos / ni cosa que se parezca / mi canto es de los andamios / para alcanzar las estrellas /… Ahí donde llega todo / y donde todo comienza / canto que ha sido valiente / siempre será canción nueva”.

Los soldados que traicionaron al pueblo chileno no lograron matar sus ideas. Tampoco pudieron silenciar al ruiseñor.

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