Con la disputa el domingo pasado del Gran Premio de Singapur, la Fórmula 1 inició la temporada asiática de carreras a la vez que entró en la última fase del campeonato. Se han corrido ya 13, faltan 6, y de las 13, 7; es decir, más del 50% han sido victorias para Sebastian Vettel ya que en Singapur el gran campeón alemán volvió a imponerse y ¡con qué autoridad! Simplemente humillante. Ni lo duro y desafiante del circuito de Marina Bay impidió que Sebastian demostrara una vez más su supremacía. Además, esta victoria es la 33 para Vettel en F1, una más que Alonso que se quedó con 32, y además es la 41 de Red Bull desde su aparición en F1, en 2005.
¿Qué más se puede decir de Vettel y su Red Bull? La mejor fórmula para ganar, la peor para el espectáculo aunque emociones sí hubo y en todas partes del pelotón; pero claro, de Vettel para atrás porque adelante Sebastian hizo lo que quiso. Y la verdad es que en Singapur se impuso la lógica porque, si en los circuitos de Spa - Francochamps y Monza, en donde, teóricamente, Vettel no era el favorito para ganar ya que, supuestamente su Red Bull no es el más rápido en pistas de alta velocidad, y Sebastian ganó como ganó allá, es decir con absoluta autoridad, pues en lo sinuoso y trabado del trazado de Singapur que se adapta mejor a las características del RB-9, sí se esperaba aún más protagonismo de la dupla Vettel - Red Bull, pero, la verdad sea dicha: ¡Nunca tanto! Y es que fue una victoria absolutamente humillante, la cual empezó desde la clasificación del sábado en que, con el objetivo de darle más vida a sus neumáticos para la carrera (no olvidemos que los 10 primeros arrancan con las mismas llantas que clasifican), Vettel se “dio el lujo” de hacer un solo intento al dar una sola vuelta lanzada, marcar el mejor tiempo y guardarse. Y esa vuelta fue tan rápida que le bastó al actual campeón para quedarse con la “Pole Position” por más que los demás sí utilizaron sus dos oportunidades para batir a Sebastian, pero, ¡qué va! Al piloto Red Bull solo le fue suficiente un intento para volver a partir primero, y primero es como se mantuvo desde que arrancó la carrera hasta el final. Tras las 4 primeras vueltas ya tenía 10 segundos de ventaja sobre el segundo, es decir, sencillamente “de otro planeta”. Y es que cuando se tiene al mejor piloto sentado en el mejor auto, y con un poco de buena fortuna que siempre se necesita, es prácticamente imposible poder vencerlo.
El duro y desafiante circuito de Marina Bay no impidió que Vettel demostrara su supremacíaY me refiero nuevamente a la “buena suerte” de Vettel porque, en Singapur, el otro Red Bull, el de su coequipero Mark Webber, tuvo que abandonar a causa del sobrecalentamiento de su motor Renault ocasionado por una fuga de agua, en la mismísima vuelta final. Y es que, salvo contadas excepciones, cuando algo tiene que fallar en un Red Bull, en el 80% de los casos es en el de Webber, de lo cual se deduce quizás que “la suerte del campeón” no es solo un mito sino una realidad, pues es evidente que Vettel goza siempre de “buena espalda” para tener generalmente las cosas moviéndose a su favor…
Pero si la carrera del domingo pasado tuvo la misma radiografía de las últimas 3 con un Vettel como intratable ganador, pues la radiografía es la misma para Fernando Alonso y su Ferrari; las 3 veces también terminando segundo como escolta de Sebastian, tal como parece que va a terminar otra vez el campeonato 2013 y por 4to año consecutivo, es decir, Vettel campeón y Alonso subcampeón.
Tras los típicos inconvenientes para poder clasificar al menos entre los 4 primeros, Alonso partió desde la 7ma posición, pero tras una más de sus inspiradoras arrancadas, ya era 3ro al salir de la primera curva. Posteriormente y luego de optar por entrar a pits a cambiar llantas cuando la competencia fue neutralizada por el accidente de Daniel Ricciardo, a diferencia de Rosberg y de Webber hasta ese momento 2do y 3ro respectivamente y que prefirieron cambiarlas más adelante, esto resultó ser clave para que Fernando ascendiera a un excelente 2do puesto. Pero, ¿qué tan excelente puede ser si se termina detrás del líder y rival por el título? No tanto, la verdad. La diferencia entre Vettel y Alonso es ahora de 60 puntos. En principio, ya demasiados, pero claro, todavía hay 6 carreras aún por disputarse, y las carreras hay que correrlas, por ahí la famosa “buena fortuna” se inclina hacia otro gran campeón como también lo es Fernando Alonso, y todo cambia. Quién sabe. Pero, por lo pronto, Vettel sigue mandando pese a que Alonso no se resigna.
Por el lado de Lotus, si la velocidad de Vettel y la tenacidad de Alonso nos impresionan, ambas cosas también nos dejan sorprendidos en Kimi Raikkonen que una vez más se mandó una carrera de antología. Debido a una dolencia en la espalda, Kimi solo pudo lograr el treceavo mejor tiempo en clasificaciones. Y de allí arrancó el Gran Premio para, tras una magistral conducción, ayudado sin duda por una buena estrategia de pits, remontar hasta la tercera subiéndose así al podio junto a Vettel y Alonso, algo que antes de arrancar la carrera no estaba en los planes ni del más optimista.
Si todavía alguien dudaba de que Kimi haya sido la correcta elección para regresar a Ferrari a reemplazar a Felipe Massa el próximo año, pues ¿Qué más debe hacer el gran Kimi para convencerlos? Nada más, la verdad. El campeón 2007 (con Ferrari precisamente) es un piloto excepcional y eso es precisamente lo que Ferrari necesita para volver a ser campeón: dos pilotos de un mismo calibre puesto que la competencia es tenaz, y con él y Alonso, indudablemente que van a tener esa pareja de pilotos soñada: la mejor dupla que la Fórmula 1 haya visto en años.
Efectivamente, “dos gallos en un mismo gallinero” puede ser contraproducente, pero bien manejada la situación sumado al hecho de que Raikkonen es uno de los pilotos menos conflictivos que la Fórmula 1 haya conocido, me atrevo a predecir que no habrá mayores inconvenientes ¡Al contrario!
En 15 días se nos viene el Gran Premio de Corea del Sur ¿otra victoria de Vettel? Veamos qué tiene que decir Alonso al respecto…