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El Telégrafo
Rodolfo Bueno

Ventana de Overton

13 de octubre de 2014

Día vendrá, acaso, en que todo sacrificio os parecerá vano, en que el grito interminable de vuestras sucias rebeldías habrá callado al fin. Ese día reinaré verdaderamente en el definitivo silencio de la servidumbre.

Camus. El Estado de Sitio

En la guerra de quinta generación (Telégrafo 29.09.14) se utiliza una metodología para cambiar la actitud de cualquiera respecto a conceptos considerados inaceptables y acostumbrarlo a lo que aparentemente es imposible acostumbrarse. Esta técnica lleva el nombre de ventana de Overton, en honor a su autor el politólogo Joseph Overton, y consiste en una serie de acciones concretas que permiten imbuir lo que parece imposible de ser imbuido, para conseguir resultados deseables.

De acuerdo a esta teoría, existe una ventana de posibilidades dentro de cuyos límites toda idea es discutida, propagada, defendida y aceptada legalmente. Las posibilidades de esta ventana varían desde lo inaceptable, por ser una idea repugnante y éticamente inconcebible, hasta una política ampliamente discutida, masivamente aceptada y legalizada por las leyes, una realidad asimilada en la conciencia social.  

No se trata de un simple lavado de cerebro sino de una tecnología mucha más sutil.  Se toma de ejemplo la idea del canibalismo, o sea legalizar el derecho ciudadano a devorarse mutuamente. Es evidente que en la actualidad es imposible hacer propaganda del canibalismo, la sociedad la rechazaría de manera contundente. Esta idea tiene el nivel más bajo de aceptación de la ventana de Overton.

El tema del canibalismo es por ahora repugnante y es rechazado por toda la sociedad. Es inaceptable reflexionar sobre este asunto en los medios de información, y con más razón discutirlo entre la gente común y corriente, que lo considera un fenómeno absurdo e impensable, un tabú, por lo que es necesario mover el tema del canibalismo desde el campo de lo imposible hacia el campo de lo radical. Se va a pasar ahora a modelar esta idea asquerosa, recorriendo todas las etapas de la ventana de lo posible, hasta convertirla no solo en factible sino casi en obligatoria.

¿Pero por qué no hablar del canibalismo, ya que tenemos libertad de palabra? Como los científicos están capacitados para debatir y están obligados a estudiar sobre cualquier cuestión, se los debe reunir para ventilar el asunto y trasladar el problema a la esfera de las ciencias. Para ello se puede organizar un simposio con el nombre de Costumbres exóticas en las ceremonias religiosas de las tribus de la Polinesia, discutir el tema dentro de los límites puros de la ciencia y obtener resultados concretos y autorizados sobre el canibalismo, que permitan la transición de una actitud negativa e intransigente a una actitud más positiva de la sociedad.

Al mismo tiempo que se da la discusión académica debe aparecer algún grupo radical de caníbales, aunque sea informal, lo que seguramente será advertido y citado por numerosos medios de comunicación. Como resultado de la primera etapa de la ventana de Overton, el tabú desaparece y el inaceptable tema empieza a discutirse.

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