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El Telégrafo

Venezuela y América Latina

11 de octubre de 2012

El primer triunfo de Hugo Chávez, ocurrido luego de la caída de la Unión Soviética, impidió la consolidación de un orden mundial unipolar y abrió las puertas al nacimiento de una nueva América Latina, cada vez más consciente de sus posibilidades de desarrollo e integración, así como de su capacidad de influencia en el mundo.

Ahora, el triunfo de Chávez para un cuarto período tiene una enorme significación para toda América Latina. Permitirá la consolidación de varios proyectos de unidad continental y en especial de la ALBA, la Unasur, el Mercosur y la Celac. Sobre todo, ayudará a sostener esa llama de ilusión liberadora que ha ido surgiendo en la conciencia de nuestros pueblos, que es parecida a esa otra que surgió en los años sesenta, cuando la Revolución Cubana les mostró a esos mismos pueblos que la explotación interna y la marginalidad social no eran realidades naturales de la historia, sino el resultado de un cruel sistema de dominación impuesto por las oligarquías y el imperio.

En el área del Caribe, la continuidad del gobierno de Chávez garantiza a varios países la permanencia de algunos programas de ayuda creados por Venezuela, en especial el que les permite comprar petróleo con descuentos y facilidades de pago. Ese sistema beneficia a muchos pequeños países centroamericanos y caribeños que, de otro modo, no podrían pagar su cuenta petrolera y verían hundirse a sus pueblos en una creciente miseria y abandono.

Durante la campaña electoral, Henrique Capriles acusó a Chávez de haber dispendiado y regalado los recursos de Venezuela, en perjuicio de su propio pueblo. Esa es una falacia, una verdad a medias, porque vender con facilidades no es regalar. Y porque insiste en esa visión perversa de la derecha venezolana, según la cual su país es un hermano rico rodeado de un haz de hermanos mendigos.

Lo cierto es que Venezuela es un país muy rico en recursos, pero al que sus explotadores internos e internacionales dejaron en el más cruel atraso productivo. Por eso, esa querida nación, bajo la guía de la Revolución Bolivariana, ha ayudado a otros países, pero también ha sido ayudado por ellos. Por ejemplo, miles de profesionales y técnicos cubanos, especialmente médicos y educadores, han tenido un papel fundamental en las famosas “Misiones” de Chávez, que han llevado salud y educación hasta los rincones más apartados del país, esos rincones a los que muchos profesionales venezolanos no querían ir.

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