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El Telégrafo

Una bonanza insostenible

18 de septiembre de 2013

América Latina enfrenta un problema de fondo. Nuestros países requieren  incrementar, en forma constante, su producción de materias primas, para obtener mayores recursos monetarios o, incluso, mantener los que siempre suelen recibir. Las pruebas indican que de nuevo la región es esquilmada, en esta bonanza insostenible que se ha dado en llamar “superciclo de las mercancías”.   

En 2013 se proyecta un crecimiento del valor de las exportaciones de América Latina y el Caribe de 1,5%, gracias a un aumento del 3% en volumen con una caída de 1,5% en el precio. Por su parte, el valor de las importaciones aumentaría 4,5%, con lo que el superávit monetario (valor exportado menos valor importado) de la región, que alcanzó los 41.000 millones de dólares en 2012, se reduciría a 8.000 millones de dólares en 2013. Esto según el “Panorama de la Inserción Internacional de América Latina y el Caribe 2013”, de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), que acaba de aparecer la semana pasada.
Mientras esto sucede con la balanza comercial monetaria, desde una perspectiva de flujos de materiales y energía, la región enfrenta un creciente desbalance físico.

Los recursos naturales y alimentos, convertidos en dinero, son dilapidados en consumo de bienes terminados que siguen subiendo de precioLos flujos físicos de materiales y energía no son fáciles de construir y no hay estadísticas actualizadas. En forma habitual son excluidos en los análisis económicos convencionales, al igual que su impacto en el medio ambiente. Por eso, hay que valorar un reciente estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (“Recent Trends in Material Flow and Resource Productivity in Latin America”). El estudio advierte que en América Latina, el total de la extracción de materiales aumentó cuatro veces en el período 1970 a 2008, como resultado del crecimiento de la población, del consumo interno y, sobre todo, debido a las exportaciones. Vale enfatizar que detrás de cada tonelada métrica exportada hay una mochila ecológica, dada la presión física que originan los procesos productivos en el medio ambiente.

La balanza comercial física muestra que América Latina es una gran exportadora neta de materiales (metales y minerales para la industria, combustibles fósiles, minerales para la construcción y biomasa). A diferencia de la balanza comercial monetaria, la balanza física, que se construye con el saldo en toneladas de importaciones menos toneladas de exportaciones, es negativa. En 2008 el  excedente de las exportaciones sobre las importaciones llegó a casi 700 millones de toneladas.

América Latina exporta demasiado y a bajo precio. Los recursos naturales y alimentos, convertidos en dinero, no son necesariamente transformados en capital para la equidad y la sustentabilidad, sino que son dilapidados en consumo de bienes terminados que siguen subiendo de precio, dada la acelerada incorporación de tecnología.

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