Publicidad

Ecuador, 25 de Septiembre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo

Un personaje legendario

17 de enero de 2013

Más allá de la realidad concreta e incluso por encima de su pervivencia física, Hugo Chávez se ha convertido ya en un personaje legendario, más próximo a la mitología que a la historia. Esto no solo es evidente en Venezuela, su patria natal, sino en toda América Latina, donde grandes masas populares lo han visto y lo ven como un nuevo libertador de pueblos, como un nuevo abanderado de la justicia social.

Durante doce años, este líder popular venezolano ha trastrocado el quehacer político en su país y ha estimulado fenómenos similares en otros países de nuestra América. En esencia, ha puesto al Estado al servicio de las mayorías, cuestión que se supone es el objetivo de una verdadera democracia republicana, pero que en nuestro continente, plagado de farsantes de la política, se había olvidado interesadamente, para sustituirla por formalidades como la alternabilidad en el mando y el equilibrio de poderes.

El viejo sistema político venezolano obedecía fielmente a esos requerimientos formales. Socialdemócratas y democristianos se alternaban cumplidamente en el mando y vendían al mundo la idea de que Venezuela era un modelo de democracia, digno de imitación. Pero detrás de esas formas se ocultaba la brutal realidad de un país petrolero saqueado por la oligarquía nativa y las empresas imperialistas, en el que convivían la más desenfadada riqueza de unos pocos y la más abyecta miseria colectiva.

En medio de esa feria de indignidades, Chávez surgió como el líder de un sector militar nacionalista que buscaba poner fin a esa orgía de corrupción y vicios políticos. Derrotado y juzgado por esa rebelión, volvió más tarde a la lucha política y venció en las urnas a los candidatos del viejo régimen, tras lo cual se lanzó a transformar su país y concienciar a su pueblo.

Para ello tuvo que desnudar las miserias de esa Venezuela petrolera, que importaba barcos enteros de whisky y exportaba reinas de belleza por docenas, mientras su pueblo vivía sumido en la miseria, la insalubridad y la ignorancia. Así, asumió a plena conciencia su papel de nuevo libertador.

Precisamente por estas razones, la enfermedad de Hugo Chávez ha sido sufrida por nuestros pueblos como la de un familiar querido. Y a ello han contribuido los interminables noticieros radiales y televisivos, con sus nuevas, avances, especulaciones y hasta calumnias, que han mantenido en vilo al público durante semanas. Es como si, gracias a la tecnología, estuviésemos asistiendo colectivamente, en vivo y en directo, a una nueva muerte de Simón Bolívar o de Eva Perón.

La verdad es que, como en la antigua Troya, la historia sigue pariendo mitos y leyendas. Por ello, más allá de los dolores y cansancios que minan su cuerpo, Chávez se levanta airoso e invencible en la conciencia de nuestros pueblos. Es ya otro mito liberador de nuestra América.

Contenido externo patrocinado