Con la caída del muro de Berlín se inició el derrumbe del campo socialista. A fines del siglo pasado parecía, según el pensamiento predominante, que habíamos llegado al “fin de la historia”. Un mundo unipolar dominado por Estados Unidos se imponía y, con él, un sistema único. Sin embargo, en el lapso de 20 años, el panorama mundial ha cambiado diametralmente y se esboza ya el tan ansiado multilateralismo, en el cual el poder radica en varios países que se manejan -dentro de la diversidad- con una lógica distinta a la que impone el capital, especialmente financiero.
En ese contexto se ha cumplido en Brasil una reunión entre el grupo Brics y Unasur, inédita por sus propósitos y por sus integrantes. El Brics representa el 41,6% de la población mundial y un 20% del PIB del mundo; constituyen el mayor mercado a nivel global y su PIB combinado crece a un porcentaje 500% superior al de los países más desarrollados. Con la presencia de los mandatarios de todos los países sudamericanos y los representantes de esa gran unión, asistimos al primer paso concreto hacia un nuevo orden mundial
Las resoluciones fundamentales no pueden ser más auspiciosas: se ha creado el Banco de Desarrollo con un capital inicial de 50 mil millones de dólares, que bajo dirección rotativa se instalará en Shangái. Se acordó igualmente establecer un Acuerdo de Reservas de Contingencia, para atender urgencias y crisis momentáneas. Ambas entidades significan una poderosa alternativa a instituciones como el Fondo Monetario Internacional, cuya función difiere notablemente de aquella con la que se inició en 1944, habiéndose constituido en un obstáculo para el desarrollo a través de las políticas de ajuste impuestas a los pueblos.
El presidente Putin manifestó: “La cooperación con América Latina es una de las direcciones clave y de muchas perspectivas en la política exterior de Rusia”. En este nuevo momento que vive ese gran país, su posición a nivel internacional ha conjurado, hasta ahora, una invasión a Siria y procurado apertura hacia Irán. La solidaridad con Argentina ha marcado fuertemente la reunión.
Como señaló el presidente Maduro, estos bloques se constituyen con el objetivo común de la paz, la cual solo es posible en la medida en que se imponga la justicia en todos los órdenes. Sin desconocer la magnitud de los problemas a los que se enfrentan los países miembros de los dos bloques, este acercamiento marca el inicio de un mundo más justo.