A veces la política mundial se semeja al fútbol. En el Senado, el director de Inteligencia de EE.UU., James Clapper, confirma que: “...extremistas (de Al Qaeda) se han infiltrado en grupos de oposición” de Siria. En reunión con los Derechos Humanos, Putin dice: “Durante el debate un congresista le pregunta al señor Kerry si Al Qaeda tiene presencia allí, y contesta: No”; ante tanta cachaza subraya: “Está mintiendo y lo sabe, es triste”; termina el rapapolvo: “Me dirijo a Obama, Premio Nobel de la Paz: Hay que pensar en las futuras víctimas sirias”. ¡Gol al inicio del partido!
El que busca usufructuar del suculento negocio de la guerra y miente con la desfachatez de Goebbels, esperando convertir sus mentiras en verdad, no debe retoricar para que no le pase lo que a Kerry, que termina por proponer algo que Lavrov, con la habilidad de un consumado alquimista, convierte en una exhortación “a los dirigentes sirios a ponerse de acuerdo no solo para poner los arsenales de armas químicas bajo control internacional, sino también para destruirlos...”. ¡Gol olímpico!
Siria no se queda atrás y elogia la “sabiduría de los dirigentes rusos que intentan evitar la agresión norteamericana contra nuestro pueblo”. ¡Gol de penal!
El ALBA se suma de manera unánime al proyecto de paz para Siria y envía un avión con ayuda humanitaria a ese país. ¡Gol de chilena!
Ban Ki Moon, antes de que el agua se enturbie ofrece respaldar esta idea ante el Consejo de Seguridad de la ONU. ¡Gol de tiro libre!
Muchos congresistas de EE.UU. informan que más del 90% de sus electores les piden no respaldar una intervención militar en Siria. ¡Home run!, pues ellos no saben de fútbol.
Donald Rumsfeld declara que las pruebas de Obama son más débiles que las suyas contra Irak y “comprende” que los republicanos no voten por la guerra contra Siria. ¡Gol anulado por fuera de lugar!
Dice Obama: “No creo que debamos quitar a otro dictador con la fuerza. Aprendimos de Irak que hacerlo nos hace responsables de lo que viene luego”. ¡Autogol!
Entonces llega un gol superior al de Maradona contra Inglaterra y que merece el aplauso unánime. El actual pontífice en una carta a Putin le pide al G20 que “abandonen cualquier pretensión de una solución militar”, para luego, desde la Plaza de San Pedro, sostener: “Siempre queda la duda de si esta guerra de aquí o de allí es de verdad una guerra o una guerra comercial para vender armas o para incrementar su comercio ilegal”. ¡Bravo, Francisco, así se habla! ¡Qué Dios te dé larga vida para bien de la humanidad!