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El Telégrafo
Rodolfo Bueno

Todos somos Palestina (II)

25 de agosto de 2014

En Palestina se lleva a cabo una guerra de exterminio en contra de los palestinos, lo mismo hace el régimen de Kiev con los habitantes del sureste de Ucrania. Rusos y ucranianos fueron un solo pueblo a lo largo de la historia, pero según los nazis de Kiev, para ser ucraniano se debe matar lo ruso que hay en ellos, y eso es lo que están haciendo a la fuerza; de manera semejante, Israel realiza un genocidio en contra de los palestinos porque, según el sionismo, la colonización de Palestina debe desarrollarse desafiando la voluntad de la población nativa y puede continuar solo bajo el escudo de la fuerza.

La misma creación de Israel es toda una herejía, pues según el Talmud, libro sagrado del judaísmo, primero debe llegar el Mesías y luego se puede retornar a la tierra prometida. Este retorno produjo conflictos con los palestinos, que no podían aceptar la teoría sionista de que en nombre de la Torá les arrebataran sus tierras ancestrales.

Luego de que la ONU decretara la partición de Palestina en dos Estados, Israel expulsó a la población aborigen y las bandas sionistas de Irgun, Stern y otras la masacraron mediante genocidios sistemáticos, pues para los sionistas “no existe absolutamente ninguna prohibición moral contra la matanza indiscriminada de civiles durante una masiva ofensiva militar... lo que incluye mujeres y niños”. Para R. Eitan, jefe del Estado Mayor de Israel en la década del 80, los “árabes eran cucarachas tóxicas aplastadas en una botella”, por eso estableció “puntos de observación equipados con la mejor tecnología y se ha autorizado a nuestros soldados disparar a cualquiera que se acerque a la valla a una distancia de seis kilómetros”.

Casi un millón de palestinos fue desterrado de su patria. Israel, país que se ha  constituido sobre la base de la limpieza étnica de Palestina, repartió estas tierras ‘abandonadas’ entre los judíos que emigraron a ese país desde 1950; lo mismo que los nazis de Kiev planifican hacer con las tierras que arrebatarán a los habitantes del sureste de Ucrania. Este es el rasgo común entre el nazismo y el sionismo, el odio y el desprecio por los demás pueblos. Ambas doctrinas se parecen incluso en sus argumentos, para Goebbels, ministro de Propaganda nazi, “Alemania tiene derecho de defenderse”, lo mismo que sostienen Kiev e Israel.

El rabino Weissmand, dirigente judío que propuso una serie de medidas para salvar a los judíos del exterminio en Auschwitz, se quejaba amargamente de la inactividad sionista mientras se asesinaba a los judíos: “Vosotros también sois asesinos porque estáis sentados sin hacer nada para detener el asesinato de 6 millones de judíos. ¿No sabéis el infierno que nos rodea? ¡Asesinos, locos! ¿Para quién guardáis vuestro dinero?”, Einstein dijo sobre los gobernantes sionistas de Israel: “Son un partido político estrechamente emparentado con los partidos nazifascistas por su organización, sus métodos, su filosofía política y su demanda social”. Lo mismo podría repetir sobre el nazisionismo que hoy extermina a palestinos en Gaza y a ucranianos en Ucrania.

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