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El Telégrafo
Marcelo Trucco

El tiempo de las mujeres

09 de marzo de 2019

La histórica lucha de las mujeres por la reivindicación y conquista de sus derechos, encuentra en la actualidad un punto de inflexión. El ideal de universalidad basado en la igualdad de todas las personas sin ningún tipo de distinción con que intentó edificarse el derecho internacional de los Derechos Humanos de mediados del siglo XX, no pudo concretarse en la práctica, resultando muy difícil abandonar siglos de visiones estereotipadas que impidieron a las mujeres lograr una igualdad real.

El presente muestra escenarios distintos. Como nunca antes el movimiento de mujeres ha crecido, dejando atrás a esas primeras luchas que daban algunos grupos en solitario, para instalar la convicción (de) que la inclusión, la igualdad real en el acceso a derechos y la no discriminación, deben ser principios asumidos y defendidos por los Estados y la sociedad en su conjunto.

Las mujeres nos han enseñado y marcado con firmeza que algunas cuestiones y conductas antes “naturalizadas” y toleradas, deben desterrarse definitivamente. Nos han marcado que no podemos hablar de una ciudadanía respetuosa de los Derechos Humanos si no entendemos a los principios de igualdad y no discriminación como base de una sociedad justa. Han logrado instalar que ya no se trata de “cosas de mujeres”, sino que la perspectiva de género debe ser inexorablemente el lente a través del cual se miren nuestras conductas cotidianas y se evalúen las políticas públicas.

La igualdad real de oportunidades aún es una deuda pendiente. En el ámbito laboral, las mujeres se encuentran con múltiples barreras para el acceso y desarrollo de sus carreras, aún siguen percibiendo salarios inferiores que los hombres y son quienes ocupan en mayor proporción las áreas informales y no registradas.

Esta diferencia se acreciente más si al hecho de ser mujer se le suman otras condiciones como ser migrante, de zonas rurales, perteneciente a un grupo originario. Asimismo, cuando hablamos de mujeres que han podido acceder a los más altos grados de la educación formal, muy pocas logran acceder a puestos jerárquicos, encontrándose con el famoso “techo de cristal”.

Corren renovados tiempos. Es ahora. El presente y el futuro es feminista. Es el tiempo de las mujeres. Nuevos tiempos, tan necesarios, tan justos. (O)

*Tomado de Página 12

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