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El Telégrafo

“Take Five”

07 de diciembre de 2012

Hoy escribo por la memoria de Lennon. Lo hago recordando su legado, una combinación mágica entre la trascendencia y la libertad. Un artista que exploró los rincones más oscuros de la música y definió el antes y el después de un siglo experimental. Rendirle homenaje a John Lennon es creer en el amor: a ti, a ella, a ellos, a todos y a nadie. Es creer, desde lo imposible, en el desafío de lo establecido, en la lucha por una definición de los alcances de la música, como retórica y como motivación.

Es por eso que cuando se recuerda a Lennon, se recuerda a mil más. Se recuerda a los que crearon en nombre de la música. Recordamos a Dave Brubeck (6 de diciembre 1920 – 5 de diciembre 2012). Un compositor que pudo redefinir el jazz. Un artista que supo domar un género que deleita por brioso. Brubeck fue capaz de cambiar la percepción del jazz: de “esa” música que escucha “esa” gente a “la” música que debe escuchar la gente. Fue él quien le puso la mayúscula al Jazz.

Para mí, Dave Brubeck fue la puerta de entrada al jazz. Mi vida musical fue estremecida y sentenciada por “Take Five”. Y de no haber comenzado por ahí, seguramente no estaría escribiendo esto. Porque el jazz, al igual que el ragtime, bebop, bossa y el resto de derivaciones, son géneros que cuestan, especialmente en una época donde la calidad e innovación musical suelen ser secundarios a otros elementos más rentables de la industria. Y me imagino que hubiera caído en la misma trampa de no ser por esa casualidad que fue mi encuentro con Brubeck. Su música y su capacidad para trasmitirla son la definición de lo “cool” del jazz, pero con un fuego que conmueve. Dave Brubeck “toca como donde nació el blues”, palabras de Willie el “León” Smith. 

La mayor virtud de la música es su trascendencia. Su capacidad de perpetuarse en la memoria. Solo se necesita que uno se acuerde de lo esencialmente importante. Así, creo en la música por su capacidad reivindicadora. El jazz es una expresión de libertad y Dave Brubeck supo explotarla. Esto es solo una elegía para quien me definió y, a pesar de su ausencia, seguirá reinventándose a sí mismo desde nuestras memorias. Es difícil hablar de la muerte de alguien que ya nunca terminará de morir.

En palabras del sabio Lennon: “Listen to the pretty sound of music as she flies”.

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