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El Telégrafo

Sumak Kawsay y cambio civilizatorio

14 de abril de 2013

El aporte del Sumak Kawsay con sus cinco principios: Sabiduría para la vida, Pacha Mama como madre de todos, Vida sana, Vida colectiva, Necesidad de sueños o ideales, y los tres de la filosofía andina: Reciprocidad como solidaridad entre los seres humanos, sin ser ladrón, mentiroso u ocioso, Complementariedad de la dualidad que integra cielo y tierra, Sol y Luna, claro y oscuro, día y noche, masculino y femenino, y Correspondencia del todo con las partes es una concepción en donde no existe la “individualidad”, pues todo se explica en lo colectivo.

El pensamiento ancestral se resume en la armonía entre los seres humanos y con la naturaleza, sin hegemonías ni dominaciones, con una vida austera alejada del consumismo. El evitar el consumismo explica la propuesta de un cambio civilizatorio hacia una alternativa propia del Abya Yala (Nuestra América) cuando declina la civilización occidental eurocéntrica de la modernidad capitalista.

De acuerdo con la ciencia occidental la propuesta sistematiza la óptima calidad de vida sustentada en el derecho a la satisfacción de las necesidades humanas, tanto objetivas como nutrición, sexualidad y trabajo, como las subjetivas del conocimiento, vida afectiva, identidad, libertad, protección, creación, recreación, y aquellas de los servicios generales (agua, electricidad, comunicación) y sociales (salud, educación, vivienda, bienestar social) proveídos con equidad, calidad y eficiencia por parte del Estado.

Esta sistematización de las necesidades humanas en tres dominios explica las propuestas constitucionales del Plan Nacional del Buen Vivir, y, en el caso de la salud, “operacionaliza” la definición, ya antigua, de la OMS sobre la salud como “el estado de bienestar físico (biológico), mental (subjetivo) y social (y no solo la ausencia de enfermedades).

El Sumak Kawsay es un planteamiento ético. Plantea un cambio civilizatorio que significa el reemplazo del modo de producción capitalista. Se trata de construir otro que permita el ejercicio de esos principios y derechos. Para dicho cambio se requiere transformar el Estado (que ha representado a los ricos como clase dominante), no en la alternativa de destruirlo a sangre y fuego, sino como escenario de las luchas por el poder reemplazarlo para que sirva con justicia y libertad a todos. Para el cambio civilizatorio es menester construir otro Estado, y para esto se ha elegido un Gobierno que se espera lo haga.

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