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El Telégrafo

Sujetos politiqueros

06 de febrero de 2012

Con el avance de la modernidad cambian conceptos, por ejemplo, hoy se llama “sujeto político” a las personas que frontalmente asumen un rol político, que se representan a sí mismo o una agrupación social de variada naturaleza: desde simples ciudadanos, hasta un conglomerado que se alinea con alguna tendencia ideológica.

Ya no se llaman como antes, porque el concepto de política ha sufrido tal deterioro que mucha gente cree que ser político o hacer política es de tal manera desprestigiado, que prefieren negar su naturaleza antes que asumir la responsabilidad de que les haga daño esa identidad.

Algunos hicieron tan mala y corrupta la práctica de la “política” que se volvió odiosa y repugnante su identidad, y unos prefieren cualquier insulto antes de que los llamen "políticos", renegando del filósofo Aristóteles que sostenía que el ser humano es por naturaleza un "animal político".

En el ensayo "Política", que publiqué en el año 2005, cuando la politiquería diezmaba a los partidos existentes, e iban a lo que más tarde se llamaría "partidocracia" (sinónimo de oportunismo, de corrupción, de deslealtad y de traición a la ética y a la ideología) sostuve que los poderes mediáticos, a nivel nacional e internacional, se confabulaban para destruir la actividad política, como mecanismo preventivo para evitar que se produzca el fenómeno "Salvador Allende": que un país llegue por vía electoral a confiar el mando a  una persona capaz de conducir un proceso de cambio en las "banana repúblicas" para rescatarlas de la privatización total neoliberal.

El proyecto se destinaba a opacar, ignorar, destruir, hasta aplastar el surgimiento de figuras políticas que pudiesen repetir el fenómeno de Allende.

A cambio, promocionar, aunque no hubiera materia prima, a personas que garantizaran los intereses de dominio transnacional de la comunicación, que representa a los poderes fácticos de grandes financieros y bancarios, como era el caso, en Ecuador, de Lucio, Noboa o el ñaño Roldós.

Sólo que les fue saliendo "el tiro por la culata", con el ascenso al poder de Chávez, de Evo, los Kirschner, Correa,  Ortega, con el peligro de que a los imperiales se les dañe Humala y hasta Santos.

Conforme se fueron extinguiendo en Ecuador los vestigios de la partidocracia, se han ido sacando la máscara en forma individual (Carlos Vera, Jorge Ortiz, Emilio Palacio, Alfredo Pinoargote, José Hernández, Gonzalo Rosero, Diego Oquendo) o colectiva (la llamada prensa "independiente") encabezada por El  Universo y El Comercio, para asumir el rol de “sujetos politiqueros”.

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