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El Telégrafo

Stanislas Wawrinka ‘escapa’ de la sombra de Rafael Nadal

01 de febrero de 2014

El primer torneo de Grand Slam del año tuvo un inesperado ganador: el suizo Stanislas Wawrinka. Este tenista, nacido en Lausanne el 28 de marzo de 1985, tenía en su palmarés solamente 4 títulos individuales en el circuito ATP antes de comenzar 2014 y solamente consiguió uno en 2013, en Oeiras (Portugal) sobre superficie de arcilla.

Sin embargo, en la temporada pasada Wawrinka ya comenzaba a presentarse como un jugador muy peligroso y había estado muy cerca de vencer a Novak Djokovic en el abierto australiano y el abierto de Estados Unidos, en maratónicos encuentros que se decidieron en el quinto set.

‘Stan’, como lo llaman al helvético sus amigos, mostró desde muy joven un gran talento para el tenis y a los 15 años decidió que quería ser tenista profesional y abandonó sus estudios para dedicarle toda su atención a los entrenamientos y viajes a torneos juveniles.

Sus esfuerzos y sacrificios pronto comenzaron a tener recompensa y en 2004, con 18 años de edad, se coronó campeón de Roland Garros en la categoría juvenil y terminó el año como el #168 del ranking ATP.

En 2005 escala más de 100 posiciones y alcanza el lugar #54 dentro del escalafón ATP y dos años y medio más tarde ingresa por primera vez al selecto grupo de los 10 mejores del mundo.

Pero en octubre de 2008 sale del top 10 y no regresa hasta mayo de 2013. Su regreso a la élite del tenis mundial coincide con el inicio de su relación laboral con el entrenador sueco Magnus Norman, un exjugador profesional que alcanzó la segunda posición en el ranking mundial y fue finalista de Roland Garros en 2000.

Como entrenador, Norman había trabajado con su compatriota Robin Soderling, quien bajo su dirección fue dos veces finalista de Roland Garros, convirtiéndose en el único tenista que ha conseguido vencer a ‘Rafa’ Nadal en la arcilla parisina.

Norman sabía que Wawrinka es un excelente jugador, dotado de gran fortaleza física, potente servicio y agresivos golpes desde el fondo de la cancha, destacando su espectacular revés a una mano, con el que consigue tiros ganadores desde posiciones muy difíciles. Además, toda su vida había estado acostumbrado a entrenar muy fuerte.

Por eso el sueco se enfocó en lo que consideraba que era la mayor debilidad de ‘Stan’, el aspecto sicológico, y trabajó mucho en reforzar su confianza y su fortaleza mental. Le puso como primer objetivo clasificar a las finales del circuito ATP, que reúne a los 8 mejores tenistas del año, y su pupilo lo consiguió por primera vez en su carrera.

Para Wawrinka las cosas no habían sido fáciles. En cualquier otro país sería considerado una gran estrella, pero en Suiza había estado bajo la inmensa sombra de Roger Federer.

Norman decía que ‘Stan’ era demasiado bueno, muy tímido y que trasladaba esa personalidad a la competencia, que debía desarrollar ‘instinto asesino’ en la cancha.

El suizo comenzó 2014 con el pie derecho, ganando el torneo de Chennai (India) sin pasar mayores apremios. Luego se embarcó con destino a Melbourne, donde tuvo una semana de intensa preparación.

Comenzó su participación derrotando a Andrey Golubev, de Kazajistán, quien abandonó el partido a mitad del segundo set por problemas físicos. En la segunda ronda venció al colombiano Alejandro Falla, quien le dio dura batalla antes de caer en cuatro sets.

En la tercera vuelta se vio beneficiado por la no presentación del canadiense Vasek Pospisil debido a una lesión y en octavos de final superó al español Tommy Robredo.

Su rival en cuartos de final fue nada menos que Novak Djokovic, número 2 del mundo, y contra quien tenía un registro de 2 victorias contra 15 derrotas. La última vez que ‘Stan’ derrotó a ‘Nole’ fue en 2006 en el torneo de Umag (Croacia).

Pero esta vez Wawrinka estaba decidido a revertir los resultados adversos y sabía que estuvo muy cerca de la victoria en Melbourne y en Nueva York la temporada pasada y, sobreponiéndose a un flojo primer parcial, superó al serbio 9-7 en el quinto set, tras 4 horas de juego.

En semifinales superó al checo Tomás Berdych en cuatro sets muy disputados y se clasificó a su primera final de un torneo del Grand Slam, nada menos que frente al número 1 del mundo, Rafael Nadal.

Wawrinka no solamente que perdió las doce veces que se enfrentó a Nadal, sino que -además- no ganó ni un set en esos enfrentamientos, a pesar de que el último se definió en dos tie-breaks, un par de meses antes en Londres, en el torneo de los 8 mejores del año.

Wawrinka saltó a la cancha muy decidido, jugó un tenis muy agresivo e incluso sacó y voleó en algunas ocasiones, especialmente cuando se encontraba arriba en el marcador. Se adelantó 5-3 y sirvió para cerrar el set. En ese momento Nadal dispuso de 3 puntos de quiebre, pero en cada uno de ellos falló la devolución sobre segundos servicios, que no eran particularmente complicados. El suizo mantuvo su saque y ganó el set 6-3.

Definitivamente no era normal que ‘Rafa’ cometa esos errores. Cuando estaba en desventaja de 2-1 en el segundo set, salió de la cancha con dirección al vestuario para recibir atención médica, ante las protestas de Wawrinka.

Al regresar 7 minutos después, el servicio de Nadal y su movilidad no estaban al nivel que nos tiene acostumbrados y el suizo aprovechó para ganar el segundo set 6-2.

De manera increíble, Nadal consigue ganar el tercer set aprovechando el nerviosismo de ‘Stan’, pero en el cuarto set el suizo recuperó el control de sus nervios para ganar el set 6-3 y coronarse campeón de un torneo de Grand Slam por primera vez en su carrera deportiva.

Con este triunfo, Wawrinka escaló hasta la tercera posición del ranking mundial, solamente detrás de Nadal y Djokovic y por encima de Murray (#6) y Federer (#8).

Con el nivel tenístico que demostró en Melbourne, no sería nada raro que sume más títulos en torneos de esa magnitud.

Definitivamente Wawrinka escribió su propia historia y dejó de ser ‘el otro’ suizo.

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