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El Telégrafo

Solo importaron los derechos de TV

18 de enero de 2012

La urgencia y la prisa por aprobar los derechos de televisión, propiedad de cada club, para que sean manejados por la FEF, hizo que el Congreso Ordinario del fútbol ecuatoriano pase por alto algunos temas de trascendencia, muchos de ellos ni siquiera fueron presentados y otros no tuvieron ningún espacio para el análisis y debate.

Llamó poderosamente la atención que un tema importante relacionado con evitar la violencia en los estadios, fuera abortado por la dictadura del voto con una facilidad asombrosa en una clara demostración de que a muchos de los dirigentes, poco o nada importa, poner un freno al crecimiento de la violencia.

La moción en cuestión buscaba una sanción para cuando se produzca una agresión con impacto a los protagonistas del espectáculo. AFNA propuso que se permita jugar en el mismo estadio pero sin público, a puertas cerradas, lo que conllevaba una sanción en el aspecto económico, que obligaba a los dirigentes a tomar medidas para evitar estos brotes de violencia. La votación en contra fue mayoritaria, que continúen las cosas como hasta hoy, dejando puertas abiertas a los violentos. No hubo espacio para la reflexión, había que acelerar la reunión para llegar a lo que realmente al parecer tenía vital importancia, los derechos de televisión de los clubes, la violencia e inseguridad no interesó.

Se eliminó de la Segunda Categoría la responsabilidad de llevar adelante el campeonato de divisiones menores Sub-16, esto es un despropósito total, más aún si tomamos en consideración que en esta división hay la obligatoriedad del reglamento para que tres jugadores menores de 18 años actúen los noventa minutos.
Pregunto: ¿Cómo pueden preparar a los juveniles para que actúen en el primer equipo si de un plumazo se eliminó a la división inmediatamente inferior? Un absurdo total; pero no importó, solo se pensaba en entregarle a la FEF el manejo de los derechos de televisión.

Los informes de presidencia y tesorería también fueron entregados y aprobados con celeridad en un clima de absoluto desinterés, rápido, votos de aplauso y vítores. Pasemos de inmediato a la votación de los derechos de televisión, no importa atropellar los mismos, aquello que consagra la Constitución sobre la libertad de contratación de cada institución.

Tampoco se le ocurrió a ninguna Asociación, club o dirigente alguno, someter al análisis y reflexión sobre el número de jugadores extranjeros que permite el reglamento, que lamentablemente está probado hasta la saciedad, qué en la última década al menos han sido más cantidad que calidad.

Igualmente a nadie se le ocurrió en forma seria y responsable debatir sobre un asunto que cada día es más frecuente y que atenta contra los jugadores nacionales, de manera especial con los juveniles, que contraría de manera flagrante la filosofía que mantiene el organismo rector de nuestro balompié, fomentar y obligar por reglamento la presencia de jugadores menores de edad. El Congreso guardó silencio sobre la “fiebre” de nacionalizaciones que cada vez se multiplican sin que nadie diga nada. ¿Cómo se puede legislar en “favor” de los juveniles sin que haya alguien que ponga sobre la mesa de discusiones un tema que se comenta y preocupa en todos los estamentos? Pero que, al parecer, el cónclave anual de la dirigencia no le dio ninguna importancia, ya que lo que realmente importó era entregar el manejo de los derechos de televisión a la FEF. Todo esto enmarcado en la famosa y tradicional dictadura del voto, que a través de la historia ha llevado a cometer serios y gruesos errores a los directivos del fútbol nacional.

Si en verdad se quiere obrar y legislar con seriedad, por qué nadie propuso debatir sobre unificar el precio de las localidades en todos los estadios del país, conocedores de que es el mismo campeonato, con los mismos equipos y los mismos jugadores, y más bien se deje en libertad el jugar con el interés y el bolsillo de los aficionados en conformidad a la expectativa que genera un partido del torneo nacional.

Considero que el fútbol y la dirigencia dejó pasar una oportunidad brillante para ratificar el progreso de nuestro balompié, para evidenciar ante el país el compromiso de seriedad, madurez, reflexión y legislar y trabajar sin otro interés que no sea el fútbol ecuatoriano.

¡Qué lástima!, ojalá que el mismo fútbol que cada semana permite tomarse la revancha les brinde la oportunidad de reivindicarse, ya que esta vez perdieron y por goleada.

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