Publicidad

Ecuador, 01 de Octubre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Jorge Núñez Sánchez - Historiador y Escritor

Socialismo del siglo XXI (3)

17 de julio de 2014

El llamado ’socialismo del siglo XXI’ es una idea-fuerza de gran atractivo, que recoge ideas del nacionalismo revolucionario, el justicialismo indígena y la teología de la liberación.

Es un ideario general que impulsa unos cambios anhelados por la población y exigidos por la historia, pero hallamos que exige la definición de algunas ideas básicas que debieran ser consideradas para cualquier proyecto socialista de nuestro tiempo:

Igualitario: “Igualitario desde el punto de partida”, como quería el socialista argentino Alfredo L. Palacios. Esto es, que si el espacio del interés público (socialista) tiene que convivir con el espacio del interés privado (capitalista), toca al Estado reducir al máximo las desigualdades sociales y brindar iguales oportunidades educativas, de salud y protección a todos los ciudadanos.

Equitativo: No basta reconocer la igualdad, sino equilibrarla con la equidad. A veces, la suma igualdad se convierte en suma desigualdad. Hace falta discriminaciones positivas a favor de los más débiles, pero también a favor de quienes tienen vocaciones especiales o capacidades excepcionales. “A cada quien según su necesidad; de cada quien según su capacidad”.

Democrático: Que garantice las libertades individuales y colectivas, en particular las libertades de información, expresión, asociación y acción política, el libre tránsito y migración de personas, los emprendimientos productivos, el acceso al crédito y a la tecnología.

Participativo: Que promueva la organización popular para la toma de decisiones políticas y para crear un sistema político participativo, proyectado ‘de abajo hacia arriba’.

Incluyente: Que busque incluir a todos los grupos y formaciones sociales existentes, cualquiera sea su origen étnico, procedencia nacional, edad, fe religiosa, género, orientación sexual o característica diferencial.

Justiciero: Que considere delitos sociales a los crímenes de lesa humanidad, la corrupción, el racismo, el odio ideológico o regionalista, las estafas colectivas, la producción y tráfico de drogas, el tráfico de personas, la trata de blancas y la promoción del fanatismo religioso.

Humanista: Que incluya la defensa irrestricta de los derechos humanos, tanto los individuales como los colectivos.

Ecologista: Que defienda y proteja a la naturaleza, único escenario posible para la vida humana, pero anteponiendo al hombre entre los seres naturales.

Laico: Que sea absolutamente aconfesional, esto es, que respete a toda expresión espiritual o culto religioso que exista en el país, pero que impida toda acción política de iglesias o grupos religiosos.

Integracionista: Que promocione los intereses nacionales y los de la Patria Grande latinoamericana, único espacio posible para la realización de un socialismo del siglo XXI, que vincule a nuestros países alrededor de grandes proyectos de desarrollo y los proyecte como una nueva fuerza de paz, equilibrio y entendimiento universal.

Universalista: Que, según el sabio consejo de José Martí, tenga las raíces hundidas en el propio suelo, pero se abra a todas las ideas, gentes y conocimientos del mundo, y también a formas de intercambio económico consensuadas, equitativas y mutuamente ventajosas.

Contenido externo patrocinado