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El Telégrafo
Patricia Hidalgo

Sobre violencia, percepción y realidad

03 de febrero de 2022

A inicios de año revisé una noticia respecto a que, en Guayas, durante el 2021, se habrían reducido los robos a personas, domicilios y empresas. Los datos oficiales así lo demuestran. Sin embargo, esta versión —sustentada en cifras e indicadores— contrasta totalmente con la percepción ciudadana. Obviamente, ante dichas declaraciones no pocas fueron las personas —me incluyo—  que cuestionamos la veracidad del informe ¿Es cierto lo que están diciendo?, ¿en qué país viven? Esas son algunas de las inquietudes que surgen si se considera que, para la mayoría de la población, la inseguridad constituye el principal problema cotidiano (73%, según varias encuestadoras); conflicto que, además, parece estar saliéndose de las manos. Pero no quiero discutir sobre las estrategias para controlar delitos, sino la manera en que los medios de comunicación y las redes sociales inciden en lo que nosotros consideramos real y "verdad".

 

Para abordar el tema, quiero partir de las siguientes premisas: 1) La realidad no es lo que está en el exterior como generalmente pensamos, sino que este concepto se construye desde nuestra propia percepción. 2) Los seres humanos, al menos en nuestra mente, raramente nos equivocamos, menos si creemos que la verdad está siempre de nuestro lado.

 

Estos aspectos son de vital importancia ya que explican la polarización, la falta de consensos y el clima de opinión actual. Y es que por más cifras oficiales que se puedan publicar sobre avances en materia de seguridad, tenemos establecida ya la percepción de que vivimos en tierra de nadie, y esa idea difícilmente va a cambiar a corto plazo. Lo cual lleva a una sensación de miedo e impotencia. Situación que se agrava por la constante exposición de la violencia en noticieros y publicaciones de Twitter y Meta (Facebook, Instagram y WhatsApp).

 

Varias veces me he planteado la siguiente pregunta: ¿de verdad existe más violencia o estamos expuestos más mediáticamente a ella? Cada quien tiene sus propias conclusiones. No obstante, esta confrontación entre realidad y percepción (tema que ya se ha discutido a lo largo de la historia), se aplica en todos los ámbitos de la vida. En la comunicación se suele enfatizar en la importancia del dato frío, de la verdad fáctica, sin tomar en cuenta que los públicos no se quedan con las cifras, sino con la narrativa que se hace de ellas. Precisamente ese es el punto: que relato decidimos creer y adoptar como realidad.

 

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