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El Telégrafo

Sobre la reubicación geopolítica de Irán

01 de octubre de 2013

Tan solo una semana ha bastado para dejar atrás 34 años de incomunicación, recelo  y enfrentamientos entre Irán y EE.UU. La relación entre los dos países ha vivido un anunciado viraje en el marco de la Asamblea General de NN.UU., tras la insistencia americana de enrumbar un canal de dialogo con Teherán, un intento en el cual Clinton había fracasado durante la presidencia de Jatamí. Cabe preguntarse el motivo de la disponibilidad, por parte iraní, de permitir el encuentro entre los respectivos cancilleres y la conversación telefónica entre los dos presidentes. Los que encuentran en la moderación de Rouhaní la razón del acercamiento están contando solamente una parte de la historia.

Las sanciones impuestas por la UE y EE.UU. hacia el país persa se han intensificado bruscamente en  2012, dejando a los iraníes pocas opciones. La negativa europea a la compra de petróleo iraní ha ido de la mano con la prohibición a los grandes Clubes de Protección e Indemnización londinenses de asegurar los buques petroleros iraníes. Eso ha hecho el transporte de su recurso más importante muy difícil. Desde la mitad de 2012 la exportación de petróleo ha bajado de más de 2 millones de barriles por día a menos de 1 millón. Al mismo tiempo, el Departamento del Tesoro americano ha intensificado la cacería a todos los bancos del mundo que permiten la repatriación de los provechos del petróleo de Irán.

Ni siquiera su más grande comprador, China, puede pagar a través de transacciones bancarias, so pena de ver excluidos los bancos involucrados de cualquier transacción con EE.UU. De esa manera, la forma de pagar el petróleo ha sido el trueque: Irán se ha visto invadido de mercancías chinas que han causado fuertes pérdidas a los productores locales, perjudicando ulteriormente la economía. Otra papa caliente para Rouhaní son los deprimentes indicadores económicos ocultados por el anterior gobierno de Ahmadinejad, solo una de las innumerables farsas de este corrupto islamo-fascista, así como lo había dibujado Slavoy Zizek en un célebre artículo de 2009, con el título evocativo de “Berlusconi en Teherán”.

Si bien Irán cuenta aún con vastas reservas de capital, la situación ha empujado el mismo Jamenei a revisar la postura nacional sobre el nuclear, una actitud compartida por Rouhaní. Es probable que la mayor transparencia sobre el tema será compensada no solamente con un progresivo levantamiento de las sanciones, sino con un papel protagonista para Irán en la futura mesa de paz siria. Este curso podría ser boicoteado por Israel, que vive del permanente choque con Irán. El discurso de Netanyahu en NN.UU. señala con clareza cuál podría ser el mayor obstáculo en este difícil camino.

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