Siria es pequeño y EE.UU. territorialmente enorme; Siria tiene una fuerza militar considerable, EE.UU. tiene una que es cientos de veces mayor; casi tan grande como la del resto del planeta entero.
La intervención de Rusia ha salvado a Siria, momentáneamente al menos, de la agresión abierta e ilegal por parte de Estados Unidos. Lo ha hecho a un alto precio: asumir que el Gobierno sirio efectivamente tiene armas químicas y permitir que Naciones Unidas autorice un ataque a Siria si se evidencia una violación por parte del Gobierno sirio al acuerdo. Violación que, es obvio, será denunciada más temprano que tarde por la resistencia armada desde Occidente, cuando no por los mismos países aliados de Estados Unidos que van desde los títeres europeos -con Francia a la cabeza- a nuevos alineados de los confines de Europa, como Turquía, y a diversos gobiernos árabes cuya principal preocupación es llevarse bien para vender petróleo al país del norte.
Bueno sería que el Gobierno sirio no almacenara armas químicas. Pero, si las tuviera, ¿es que Israel no las tiene? No lo sabemos; ese país, como aliado de Estados Unidos, no es sometido a examen. ¿Y Estados Unidos? Estados Unidos tiene todos los arsenales posibles de armas de destrucción masiva, comenzando por los nucleares. ¿Alguien se lo reprocha? ¿Alguien le exige mostrar sus arsenales, entregarlos acaso? ¿Por qué Irán debe exhibir sus preparativos nucleares y Estados Unidos, que los tiene multiplicando por 100 o por 1.000 los de Irán, está fuera de examen y de control externo?
Muy simple: porque el que hace el control externo es el mismo Estados Unidos, que se presenta formalmente como una parte más de los conflictos, pero es el Amo del Mundo, al menos en lo geopolítico y militar. ¿Por qué no se habla más de desarme? ¿Por qué la máxima potencia no deja de amenazar al mundo con un equipamiento militar desproporcionado y gigantesco?
Desde ese sitial se ayuda con armas a la oposición en Siria, la cual incluye a Al Qaeda (nada menos), para contraste y paradoja en cuanto a las políticas “antiterroristas” que dice practicar EE.UU. Potencia unipolar que no es un observador externo que pretende “poner orden” en Siria; es juez y parte en el conflicto, como todos saben y todos callan. Desde esa perspectiva, las insólitas declaraciones de Ban Ki-moon profetizando que los jueces “encontrarán” pruebas de uso de armas químicas por parte del Gobierno sirio dejan notar que el jefe de la ONU actúa como un empleado de la diplomacia estadounidense, no como un imparcial funcionario internacional.
Sus dotes de “vidente” sobre lo que pasará en el futuro con los jurados lo pintan no solo como sospechoso de parcialidad, sino que lo muestran de hecho en tal parcialidad, con una especie de infantilismo en sus declaraciones que resulta singularmente grosero (¿será por su certeza de impunidad?).En la Biblia, finalmente David venció a Goliath. Aquí, por ahora, David solo ha logrado postergar el ataque del gigante. Ojalá el mundo sepa entender que la exposición de armas a la que se someterá Siria debiera hacerse igual y obligatoriamente para todos los gobiernos del mundo, empezando por quienes tienen los mayores arsenales del planeta.