Publicidad

Ecuador, 26 de Septiembre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo

Sin buen cine no hay paraíso

10 de enero de 2014

Es cierto, el cine nacional debe entrar en una nueva etapa. Si bien a nivel de número de producciones el 2013 fue exitoso, a nivel de taquilla (número de espectadores) fue más bien pobre, ya que no se llegó ni al 3% del total de asistentes a las salas de cine. La película con más espectadores (Mejor no hablar de ciertas cosas) apenas superó los 50 mil espectadores.

Ya no estamos en aquel momento en que los estrenos eran escasos y, por tanto, una película ecuatoriana era toda una novedad. Tampoco estamos en aquel momento en que los ecuatorianos asistían a las salas porque había que respaldar al ‘talento nacional’.

El nuevo momento es la calidad y la capacidad para competir con las producciones internacionales.  Y en esto, al menos las películas (ficción y documentales) estrenadas en el año anterior dejaron mucho que desear.  Y así lo percibió el público.  Y basta ingresar en las redes sociales para saber que se exige cada vez más a los productores nacionales. Se exigen buenas historias y se exige contarlas bien. Se exige mejor dirección, mejor actuación, mejor casting y, sobre todo, mejores guiones.

No es momento de echarle la culpa a que la mayor parte de estrenos se dio en el segundo semestre, a la desleal competencia del cine de Hollywood, a los exhibidores, a la falta de la famosa ‘cuota’ de pantalla, o lo que es peor, al público. Es momento de reflexionar y, con una mirada crítica y autocrítica, dar el salto cualitativo.

El apoyo financiero que desde el Estado se otorga al cine nacional sin duda ha dinamizado el sector.  Y con los aportes del sector privado contemplados en la nueva Ley de Comunicación, con seguridad este mismo año tendremos al menos unos 15 estrenos, un hecho insólito para la cultura nacional. Pero si no se da ese salto cualitativo, terminaremos con muchas películas y salas vacías.

Más aún cuando, en general, los espectadores han disminuido. Por ejemplo, en España, en relación al año 2012 la asistencia disminuyó en un 7%. Lo mismo sucede en Colombia, en donde los ‘años dorados’ de asistencia ya pasaron. Por cierto, la película Pescador (dirigida por Sebastián Cordero) apenas tuvo mil espectadores, de acuerdo al reporte de Cine Colombiano.com que realizó un interesante análisis de la taquilla en los últimos diez años.

Pero quizá lo más importante es que el sector del cine (el único organizado del país) sabe y es consciente de esta necesidad (la calidad), y basta escuchar a Juan Martín Cueva, quien preside en Consejo Nacional de Cine, para entender que ya se han planteado empezar a discutirlo y buscar alternativas, no únicamente de producción y financiamiento, sino de promoción, distribución y circulación. Y ojalá no se rehúya la discusión abierta y franca; hay que mirarse en el espejo honestamente.

Y es a partir de esa honestidad creativa que se puede avanzar hacia un cine que provoque no solo interés sino también entusiasmo en los espectadores, y no solo nacionales, ya que una buena película funcionará aquí y afuera. Si es así, podremos decir con orgullo: larga vida al cine nacional.

Contenido externo patrocinado