En tiempos del congreso (con minúscula), los deslenguados se peleaban por el micrófono del escándalo para “hacer presencia” con barrabasadas salidas del estómago, mintiendo, confundiendo y calumniando. Ahora ya no pueden hacerlo porque en la Asamblea Nacional se ha elevado el debate al nivel de temas sustanciales y de real trascendencia.
Por ello contrastaron grotescamente las centellas seudofilosóficas de un solitario hijo de papá que pretendió quedar impune después de sus temerarias afirmaciones en contra de la moral de las asambleístas a quienes describió en un ambiente de libaciones y jarana en los pasillos del recinto legislativo. Más tardó en sentarse con la morbosa satisfacción de haberles dicho “vela verde”, cuando estalló la réplica de las agraviadas, pidiendo sanción para el acusador sin pruebas, hasta en el campo penal por la gravedad de los infundios.
En estos días circuló en diario El Mercurio, de Cuenca, una caricatura de Rafa con el título “Escan-dalo”, en la que un grupo de asambleístas comenta: “Hay un filósofo en la Asamblea que nos recomienda vestirnos de moral… y dicen que el sastre está en Panamá”, lo que nos releva de cualquier comentario. Cuando las ofendidas se acercaron a las damas de la oposición, estas se negaron a firmar la solicitud de sanción para quien agravió a las mujeres. Cosa curiosa, esa también ha sido la filosofía de “esa gente” que a través de doña Cynthia confunde la galantería con una vulgar diatriba.
Hasta hace poco eran los partidos hegemónicos con hartísima plata y poco talento, a no ser la viveza criolla de embaucar al pueblo con la demagogia de su traición. Se hartaron con el saqueo y el entreguismo; y cayeron en desgracia. Hoy son borrados del mapa electoral porque no cumplen los requisitos para llamarse partidos, como la ID y los Hijos DP, que habrían convertido el fondo partidario en dinero de bolsillo para viajes, cirugías, etc., menos para la formación de sus bases. Al ser eliminados los bienes adquiridos con dinero del pueblo, serán revertidos en beneficio ciudadano. Por allí hay un individuo que intenta defender el patrimonio de la ID, pero se ha olvidado de que “oportunamente” se desafilió y ahora es un cuadro de CREO. Aunque Ud. no lo crea.
El Ecuador está cambiando. La clave está en asumir esos cambios como el logro de una sociedad empoderada democráticamente del actual proceso revolucionario.