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El Telégrafo

“Siempre es 26”

28 de julio de 2012

En noviembre de 1974 visité en México DF la embajada de Cuba en ese país. Era la primera vez que pisaba territorio de la isla y me sentí muy emocionada mirando el lema escrito en una de las paredes: “Siempre es 26”. Para la gente de mi generación no había duda sobre el significado de esa afirmación, referida al asalto por parte de los revolucionarios cubanos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes el 26 de julio de 1953, en la ciudad de Santiago.

Los 59 años transcurridos desde esa fecha han sido pródigos en acontecimientos extraordinarios en la historia de nuestra América. Las dictaduras que ahogaban a buena parte de los pueblos cayeron, igual que quienes impusieron  el terror en la década de los 70, especialmente en los países del Cono Sur.

Hoy, buena parte de la región se ha dado a sí misma gobiernos progresistas que marchan en sintonía con sus pueblos. Cada uno a su manera construye el futuro, pero todos tienen a Cuba como referente.

El aislamiento que se pretendió imponerle ha sido reemplazado por la más amplia solidaridad. La ayuda generosa prestada por ese país a la liberación del África y más tarde su colaboración con pueblos de todos los continentes, especialmente en las áreas de salud y educación, merece el reconocimiento mundial.

Una sola cifra verifica lo afirmado: Cuba ha graduado este año 11 mil médicos, de los cuales 5.315 son nacionales y 5.694 provienen de 59 países, de ellos, 308 ecuatorianos. En todas partes está presente su ayuda generosa. Por ello la causa cubana es mayoritariamente acompañada en los foros mundiales. 

Todos los objetivos que movieron a Fidel y a los demás revolucionarios en la heroica acción de 1953 se lograron
al poco tiempo del triunfo en 1959. Más allá de los errores que puedan haberse cometido en este proceso, sorprende la capacidad de rectificación que ha permitido que, ya varias generaciones, sigan identificándose con los principios que animaron a sus primeros protagonistas.

Cuba es el más alto ejemplo de que se puede resistir y vencer, como lo probó en Playa Girón. De cada reto ha salido más fortalecida y la permanente agresión de que ha sido y es víctima tiene respuestas creativas que desbaratan los intentos por destruirla.

Están ya en la historia los nombres de Fidel, Raúl, el Che, Camilo, Celia, Vilma, Haydeé, Faure y tantos héroes  a través de estos años. Para ellos y para el pueblo cubano, constructor esforzado de la obra revolucionaria, la consigna del Moncada es orgullosa guía.

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