El fin de semana pasado Serena Williams se coronó campeona del torneo de Miami por sexta ocasión, estableciendo un récord, y declaró que estaba muy contenta por ello, pero que en cuanto a torneos de Grand Slam se encontraba lejos de los 24 de la australiana Margaret Court, o de los 22 de Steffi Graf, y todavía le faltaban algunos para alcanzar los 18 de las míticas Martina Navratilova y Chris Evert.
Yo pienso que si Serena, quien cumple 32 años en septiembre, se mantiene sin lesiones, todavía puede sumar algunos más, se la ve muy motivada y renovada, tras haber recuperado el primer lugar del ranking mundial, y no tiene la menor intención de dejarlo.
No comenzó bien el año para la norteamericana, fue derrotada en cuartos de final del abierto de Australia, por su joven compatriota Sloane Stephens, aquejada por una lesión en su tobillo derecho.
Sus principales rivales, María Sharapova, Victoria Azarenka, Agniezka Radwanska, tienen muy claro que enfrentar a Serena en su mejor forma es muy complicado, es la mejor sacadora del circuito femenino, no solo por la potencia que le imprime, como también por la variedad y colocación, y su segundo servicio es difícil de atacar.
Serena busca dominar y controlar el punto desde el primer golpe, siempre pegándole temprano y muy fuerte a la pelota, y poniendo a su oponente a la defensiva, además es muy atlética, marca diferencias con el resto con su fortaleza física, y cubre la cancha bastante bien.
En Miami no tuvo mayores problemas en sus dos primeros partidos, frente a la italiana Flavia Pennettta y la japonesa Morita, a quienes arrolló en sets corridos, pero en octavos de final tuvo que remontar la pérdida del primer set, para superar a la eslovaca Dominika Cibulkova, 2-6 , 6-4, 6-2. En cuartos de final venció a la # 5 del ranking , la china Na Li 6 - 3, 7-6, y en semifinales apabulló a la # 4, la polaca Radwanska 6-0 6- 3.
La final entre Williams y Sharapova era la final esperada por los aficionados, y por los organizadores del torneo, la #1 contra la # 2 del mundo, las dos jugadoras con más carisma, y que más atención reciben de los medios de comunicación en todo el mundo.
La rusa se llevó el primer set por 6-4, y consiguió romper el saque de Serena para ponerse 3-2 arriba en el segundo, parecía que levantaría el trofeo de campeona por primera vez en este torneo, en el que llegaba por quinta vez a la final, pero Williiams tomó el control del partido, aprovechando las primeras dudas de Sharapova en su servicio, que hasta ese momento había estado impecable, para quebrarlo dos veces consecutivas y llevarse el set 6-3. María nunca se pudo recuperar, del golpe sicológico, y Williams ganó el set decisivo 6-0, ganando un total de diez juegos consecutivos.
Así es Serena. Cuando encuentra su ritmo y su confianza crece es prácticamente invencible, y todo apunta a que seguirá dominando el tenis femenino esta temporada, y podría mantenerse al más alto nivel por algunas temporadas más, como lo hizo Martina Navratilova.
Su próximo reto será Roland Garros, sobre cancha de arcilla, con seguridad la superficie que menos le favorece, a pesar de que logró hacerse con el título en el año 2002, y al año siguiente avanzó a semifinales, pero ya ha pasado una década y sus mejores resultados han sido cuartos de final en 2004, 2007, 2009 y 2010; no participó en 2011, y el año pasado cayó en la primera ronda.
A pesar de sus resultados de los últimos años, yo cuento a Serena como una de las principales favoritas al título en París, no hay una verdadera especialista en arcilla entre las damas, a diferencia de lo que sucede en el circuito masculino, donde Nadal domina sobre esta superficie desde el 2005.
María Sharapova siempre tuvo problemas de movilidad sobre el polvo de ladrillo, y esto no le impidió coronarse campeona en 2012; Serena debe tener en su calendario un par de torneos de preparación, Madrid y Roma, o al menos Roma, para llegar a París con ritmo de partidos, y adaptada a los cambios en lo que se refiere a estrategia, a jugar puntos con intercambios más largos y donde hay que ser más paciente y esperar la pelota apropiada para buscar el tiro ganador, así como también la manera de desplazarse y resbalar para cubrir la cancha eficientemente.
Serena tiene asegurado su lugar en el Salón de la Fama del tenis, está entre las mejores de la historia del deporte, tiene dinero y fama, y ya pasados los 30 años podría estar pensando en su retiro, pero son justamente estos grandes campeones los que parecen nunca estar conformes, están siempre ávidos de triunfo, ya sus prioridades no son el dinero, o la fama, juegan por la gloria, por los títulos importantes, por jugar las finales en los escenarios más importantes, y ella no es la excepción. Estoy seguro de que podremos seguir disfrutando de su tenis durante algunos años más.