Hace más de cien años se inició en Alemania la seguridad social con servicios médicos para los trabajadores, con aportes de los propios obreros y de los patronos, pues a la postre se trataba de cuidar la fuerza de trabajo. Hace más de cincuenta años nació en Inglaterra el servicio nacional de salud de cobertura universal y gratuita (sin costo directo para el paciente), financiado con impuestos para cubrir “a todos”, no solo a los trabajadores.
El Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, IESS, se originó en la Ley sobre Jubilación de 1923 y en la Caja de Pensiones para empleados públicos de 1928. La primera unidad médica operó en 1936 adscrita al Hospital San Juan de Dios en Quito. La ley del Seguro Social Obligatorio de 1935 y la Nueva Ley de 1942 constituyeron su marco jurídico.
A fines del siglo pasado la corriente neoliberal se empeñó en cortar los presupuestos para los servicios públicos a fin de que se deterioraran. Así se cortaron los fondos del IESS para préstamos de vivienda y otros, como los de salud. Todo para favorecer los intereses privados. En este contexto la defensa del IESS y del MSP constituyó una bandera de lucha en defensa de lo público. En salud, desde la Constitución de 2008, se establece una Red Pública de servicios dentro de un Sistema Nacional de Salud de cobertura universal y gratuita. Red y Sistema aún solo en propuesta.
La separación en el IESS de los seguros como “unidades básicas de negocio”, mostró una tendencia economicista que no se compadecía con la misión social de la seguridad social. Parece lógico y consistente independizar y dejar en manos del IESS las funciones de aseguramiento para las protecciones de vivienda, jubilación, vejez y muerte, y coordinar o integrar “de manera funcional” con el MSP, o mejor aún entregar sus servicios médicos al nuevo sistema a construirse con una sola Red Pública de Salud y dentro del Sistema Nacional de la misma.
Los servicios públicos a cargo del MSP se prestigian cada día con su cobertura nacional, por lo que la mencionada coordinación resulta necesaria y urgente. La salud no requiere solamente de atención “médica”, como lo señalan los lineamientos de la Atención Primaria desde Alma Ata (1978), sino que comprende, además de dicha atención, la defensa y promoción de la “salud”, con acciones integrales intersectoriales, interdisciplinarias e interculturales, con participación comunitaria, para satisfacer las necesidades humanas como derechos.