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El Telégrafo

Secuela electoral

20 de febrero de 2013

Varias son las motivaciones que desembocaron en el triunfo electoral del binomio Correa-Glas, el pasado domingo. Entre ellas: la alta credibilidad alcanzada por el candidato-presidente durante los últimos seis años, obra pública visible, programas sociales consistentes, firme posición nacionalista, administración institucional eficiente, manejo ponderable del manejo fiscal. A esto se suma el liderazgo y actitud carismática de Rafael Correa, en la perspectiva de consolidar un proyecto conjunto e incluyente en el contexto patrio, el mismo que lo afianza afuera como un político de alcance latinoamericanista.

Cabe destacar también el abrumador resultado del movimiento oficialista en la obtención de curules en el hemiciclo legislativo. Aquí cabe una reflexión: esta participación electoral reveló algo substancial: la incursión de nuevos cuadros políticos que tuvieron una evidente aceptación popular. Por ello, no es casual que la lista de asambleístas nacionales de PAIS haya sido encabezada por Gabriela Rivadeneira, lúcida e inteligente joven imbabureña. Tal hecho plasma en la práctica la vocación de recambio generacional inserta en la Revolución Ciudadana.  

Alianza PAIS tiene una enorme responsabilidad en su accionar tras la delegación otorgada por la ciudadanía, en el fortalecimiento de esta etapa histórica de transformación que transita nuestro país a nivel social, económico, político y jurídico. Esa tarea debe ir de la mano de un trabajo sostenido al interior de sus bases militantes, en el afán de constituir una estructura partidaria de hondo contenido ideológico, que supere aspectos coyunturales.

Las recientes elecciones también develan la otra cara de la medalla: los partidos perdedores. Esa oposición carente de propuestas serias y viables sucumbió en su propia falacia (PSP, Prian, PSC, PRE). En similar situación se encuentra la autodenominada alianza de las “izquierdas” y Ruptura. En las urnas la gente supo diferenciar los nobles postulados de servicio público de la simple retórica.

En tanto, la derecha emergió a través de CREO en un remozamiento que contó con el padrinazgo del propio PSC y Madera de Guerrero, quienes sin duda -por sentido de sobrevivencia- juntarán intereses similares en un solo bloque legislativo. Hay otras agrupaciones de menor trascendencia que seguramente serán absorbidas en la propia dinámica política.  

Luego de la referida jornada electoral, es necesario resaltar que el pueblo ecuatoriano ratificó su inclinación democrática, en la perspectiva de construir una nación digna, productiva y solidaria, conforme al anhelo de las presentes y futuras generaciones.

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